Los analistas ven una lenta desaceleración de los precios. El índice sería del 4% en abril y 3% en mayo.
La marcha de los precios. Este miércoles, el INDEC difundirá el dato de inflación oficial de abril, que según las consultoras privadas rondará el 4%, apenas por debajo del registro de 4,7% de marzo. El dato obliga a seguir pateando hacia adelante el punto de partida de la desaceleración, que según los economistas llegaría a partir de este mes.
Según C&T Consultores, la inflación de abril fue de 3,7%. El mes pasado, dos rubros subieron muy por encima del promedio, en torno a 8% mensual: educación e indumentaria, por efectos del inicio de clases y la llegada de la ropa de invierno. Además, la consultora detalla que el rubro Esparcimiento tuvo un alza de 5,1%, muy afectado por el incremento del tipo de cambio. Alimentos y bebidas aumentó 3,7%, señala Clarín.
Para el Estudio Ferreres, la inflación del mes pasado fue de 4,1%. “La dinámica del nivel de precios de abril se vio explicada fundamentalmente por alimentos y bebidas, que aumentó 4% por las subas de carnes y lácteos. En particular, los rubros que registraron las mayores subas fueron Educación y Equipamiento y funcionamiento del hogar, los cuales evidenciaron una variación del 11,3% y 6,4%, respectivamente”. El economista Fausto Spotorno detalló que “en alimentos, la fuerte suba se dio en la última semana de marzo y en la primera de abril. En esas dos semanas la inflación fue del 3%”. Pasado ese pico, la suba de precios aflojó: “las últimas semanas del mes pasado prácticamente no hubo inflación en alimentos”.
La estimación de la consultora Elypsis es de 4% para abril. “Para mayo estábamos en 3%, pero dada a la volatilidad cambiaria y también la presión por el lado de los combustibles se puede volver a acelerar”, sostuvo Nicolás Crespo, economista de la consultora. “Estamos viviendo un proceso de inercia inflacionaria. La dinámica es muy distinta a la que se vivía en 2017. En ese momento nosotros registrábamos inflación núcleo semanal promedio del 0,3% ó 0,4%. Hoy es de 0,6% a 0,7%, una inercia bastante mayor. Es difícil frenar eso un contexto tan volátil. El programa monetario, al ser tan contractivo, tendría que dar resultado, pero en un contexto en el cual el tipo de cambio no da tanta tregua, esta inflación núcleo se acelera y no funciona” resaltó al matutino.
Bolsillos Golpeados
En este contexto se achica el margen para que haya recomposición del salario real. Para Marcelo Capello, del IERAL, “en 2019 la política económica debería apuntar a una suba acotada en el poder adquisitivo de los trabajadores, con salarios ganándole por 2 ó 3 puntos a la inflación, aunque ubicándose todavía bastante por debajo del valor en dólares que exhibían los salarios a inicios de 2018”. Para que este escenario sea factible sería necesario que “la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) comience a desacelerarse a partir de abril, de modo que la inflación punta a punta del año no supere el 38%”.
Capello advierte que en un escenario de mayor inflación “resultaría más difícil evitar nuevas caídas del salario real, lo que afectaría la recuperación de la actividad económica, al tiempo que se incrementaría la conflictividad”.
Aunque el precio del dólar suba o baje y la demanda se mantenga deprimida, los consumidores siguen constatando -diariamente- que los precios de los bienes y servicios siguen en constante aumento. ¿Por qué ocurre esto? Según los analistas, todo radica en que hoy, lo que domina es una “inflación de costos”.
“También la tasa de interés tan alta, presiona los costos de las empresas que lo deben trasladar a los precios de sus productos”.
Desde la UIA, afirman que la clave para sostener la producción es la “previsibilidad”. Esto es que el tipo de cambio no tenga saltos y acompañe la producción, que la paritaria también esté acorde y que las tarifas tengan ciertas reglas. Es decir, “es indispensable contar con una previsibilidad macro”.