No está clara aún la circunstancia, pero sí hay datos objetivos que pueden ser determinantes: al menos uno de los cuerpos de los dos jóvenes abatidos el martes a la noche por la policía en Rosario recibió disparos por la espalda. Así lo reveló la autopsia oficial, que será prueba clave, junto a filmaciones de los hechos, en la audiencia imputativa que tendrá lugar este viernes contra dos agentes del Comando Radioeléctrico.
“No puedo precisar el de la mujer (identificada como Jimena Gramajo, de 23 años), pero el cuerpo del varón (Maximiliano Rosasco, de 21) tenía seis o siete disparos”, señaló la doctora Alicia Cadierno, directora del Instituto Médico Legal (IML).
En este último cadáver, detalló, se constataron impactos de bala “en el miembro superior (brazo) derecho, en laterales del cuerpo y algunos aislados en zona posterior”. Es decir, tiros por detrás, que complican la situación procesal de uno de los uniformados.
“Fueron autopsias complejas, con múltiples lesiones. Hay que determinar las trayectorias de los proyectiles de armas de fuego”, agregó Cadierno, y en relación a la distancia desde la que se produjeron las ejecuciones explicó que deben esperarse las pericias de Criminalística sobre las vestimentas de los jóvenes.