El jefe de mantenimiento de Redes de Litoral Gas, Claudio Tonucci, uno de los once imputados que tiene la causa, señaló ayer que el trabajo del gasista Carlos García (manipulaba el regulador el día de la explosión) fue “clandestino. Ningún empleado de Litoral Gas conocía que se iba a realizar ese trabajo el 6 de agosto. No hubo ninguna autorización”, aseguró.
Tonucci pidió ayer hacer uso de la palabra en el marco del juicio y aclaró que no respondería preguntas. “Lo de clandestino ya lo dije en el momento que me imputaron. Fue un trabajo clandestino y mal hecho. No había pérdida de gas y el estrago se produce por una fuga masiva de gas”, señaló.
Así, hizo un repaso de la actuación de los reclamistas que trabajaban a sus órdenes en ese momento y que fueron al edificio. Remarcó que el operario Gerardo Bolaño concurrió al edificio el 25 de julio ante el reclamo de la vecina del 9º F, por poca presión. “No hizo contacto con ella, pero detectó una pequeña fuga en la válvula de bloqueo en el gabinete. Infiere que es probable que haya que cambiar esa válvula, hace una marca en la vereda para que si se hace el trabajo, la contratista sepa dónde romper”, indicó.
Tonucci explicó que lo que detectó su subordinado debía ser reparado por un gasista matriculado. Y que solicitó autorización para interrumpir el servicio en el edificio para que se repararan las pérdidas, llamó a una cuadrilla porque no tenía la herramienta para cerrar la válvula y la cerró.
El 26 de julio, siempre según el relato de Tonucci, una vez que Litoral Gas fue informado de que la reparación estaba realizada (había actuado el gasista José Luis Allala) otra cuadrilla verificó que no había más pérdidas y restableció el servicio. Y el 2 de agosto, otro inspector fue al edificio a ratificar la inexistencia de fugas.
En tal sentido, dijo que “desde el 26 de julio al 6 de agosto no se registró ningún reclamo técnico en ese edificio ni por pérdida de gas ni por problemas en el suministro”, y sumó una constatación realizada por escribano público en los registros informáticos de la empresa desde la cero hora del 24 de julio de 2013 en adelante.
“Tanto el servicio (tramo de cañería que une la red principal con el gabinete del edificio) como las cañerías que estaban en el gabinete se encontraban en perfecto estado de funcionamiento”, aseguró y remarcó: “Acá hubo una fuga masiva de gas cuando se intentó reemplazar un regulador a espaldas de Litoral Gas”.
Tonucci fue más allá y destacó que “el regulador que había comprado García, geométricamente no tenía nada que ver con el que tenía que reemplazar. Colocarlo hubiera requerido una modificación importante de las cañerías. Eso no se podría haber hecho en dos o tres horas, sino que hubiese demandado un día o más”, puntualizó.
Además, aportó otro dato. “Yo estuve cuando Gendarmería extrajo del exterior un tramo de cañería y la válvula de corte, y la misma estaba totalmente abierta”, señaló.
Por su parte, el reclamista Gerardo Bolaño también pidió hacer uso de la palabra. Explicó que el día 25 de julio fue al edifico, detectó pérdidas y se comunicó con Tonucci para que lo autorizara a cortar el gas y que pintó una mancha amarilla “ante el supuesto caso que hubiera que cambiar la válvula”.
No obstante, dijo que como la pérdida se solucionó, no fue necesario hacerlo.