Lejos de la Alternativa Federal, el ex ministro habló en Buenos Aires ante empresarios, en donde volvió a ratificar su candidatura a presidente de la Nación.
Roberto Lavagna todavía intenta digerir los tironeos que sufrió Alternativa Federal la semana pasada. El economista ratificó su voluntad de ser candidato a Presidente y volvió a diferenciarse del armado que representan Juan Schiaretti, Miguel Ángel Pichetto, Juan Manuel Urtubey y Sergio Massa. Lo hizo poco antes de que los cuatro dirigentes almorzaran en Córdoba, en una nueva reunión del peronismo no kirchnerista que no contará con su participación.
Mientras pueda, Lavagna intentará sostener su candidatura a través de Consenso 19, el espacio que alberga a sectores del justicialismo, de la UCR, del GEN y del socialismo. El tiempo corre rápido para todos. Más para el ex funcionario, que quedó afuera de la mesa que hoy se congregará bajo el comando de Schiaretti. En este contexto por momentos asfixiante, Lavagna intenta transmitir calma. “Es politiquería”, dice cuando lo apuran en busca de alguna definición sobre el resto de los referentes.
“Hubo una serie de indefiniciones sobre dónde van a quedar incluidos algunos actores en el proceso electoral, lo cual dificultó el proceso de unidad”, repasó Lavagna al ser entrevistado por el periodista Jorge Rosales en un evento que organizó la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina (AmCham) en el Club Americano de Buenos Aires. No lo mencionó, pero al precandidato lo descolocó que el mandatario cordobés invitara a Daniel Scioli a unirse al espacio.
“Hay que priorizar la coherencia: no se trata de ganar una elección sino de gobernar. Siempre es mejor la unidad y el diálogo que la separación. El límite es ese, cuando más que una unidad hay un rejunte que termina siendo negativo”, explicó el ex ministro de Economía.