Para los residentes de un asilo de ancianos en Estados Unidos, se trata de un ritual que anuncia la llegada de la primavera.
Cada año, una mamá pata pone sus huevos en el enorme patio trasero del MM Ewing Continuing Care Center en la ciudad de Canandaigua, en Nueva York, y después de empollarlos, todos abandonan las instalaciones caminando en fila india.
Pero, como recalca la mencionada institución, existe todo un proceso para asegurarse de que todos los patitos caminen detrás de su madre y ninguno le pierda el rastro.
Como se observa, la mamá pata incluso picotea el vidrio de las puertas para alertar al personal de su presencia, a fin de que le abran el paso para que pueda abandonar las instalaciones sin ningún problema.
Incluso, los trabajadores de la casa de retiro sostienen enormes carteles para ayudar a guiar a la matriarca y a sus crías a través de los corredores hacia la salida, en lo que se ha convertido en una práctica anual.