En una elección que tenía como gran atractivo la batalla entre los hermanos Rodríguez Saá, el actual gobernador, Alberto, fue reelecto, se impuso sobre su hermano Adolfo y el candidato de Cambiemos Claudio Poggi y seguirá administrando su provincia.
Su hermano Adolfo que pretendió arrebatarle el poder admitió la derrota temprano. “Nos quedamos atrás”, dijo. El senador se ubicó tercero y anunció que seguirá su carrera como legislador nacional.
Desde su búnker, el gobernador reelecto celebró la victoria mientras la militancia cantaba “Alberto no se va”. “Quiero contarles un secreto. Cada uno de nosotros somos los coroneles y coronelas. Y en esta batalla del 16 de junio hemos ascendidos al grado de generales”, dijo en referencia a la elección. “Por la forma en que defendieron los votos y construyeron este triunfo”, siguió Alberto que lo calificó de “excepcional”.
Claudio Poggi junto al actual intendente Enrique Ponce, lucharon voto a voto pero no les alcanzó para desplazar del poder al peronismo que gobierna desde 1983. La UCR, que acompañó a Poggi en el Frente San Luis Unido, recuperó varias intendencias.
“No nos alcanzó pero San Luis Unido es el futuro”, dijo Poggi y agregó: “La resignación le ganó a la esperanza”.
La jornada fue histórica por tres motivos: un apagón general llenó de incertidumbres a miles de votantes y autoridades que fueron sorprendidos concurriendo a sus lugares de votación sin luz artificial y en penumbras. Se temió una suspensión cuando se informó que había afectado a tres países. Igual se votó hasta con velas en algunos sitios oscuros.
El otro factor fue el intenso frío que llevó la temperatura cerca del cero y hasta nevó en las sierras. El tercer factor histórico se trataba de lo político pues era la primera vez desde 1983 que los hermanos Rodríguez Saá competían separados por el poder provincial.
Después de la siesta los puntanos lograron recuperar el optimismo y la sonrisa cuando se encendieron las luces y comenzaron a cargarse los miles de teléfonos celulares para poder comunicarse. Muchos de esos aparatos fueron usados por los fiscales para enviar fotos con copias de las actas de escrutinio.
Después, cerca de las 18 se especuló con que el cierre se postergaría por haber iniciado más tarde de lo previsto el comicio pero la Justicia Electoral provincial decidió dar por finalizada la elección y esperar a que la gente culminará de pasar por el cuarto oscuro.
Cerca de las 21 la Secretaría Electoral comenzó a difundir los cómputos provisorios desde el Correo Central mientras desde las sedes de los tres candidatos más votados se seguía el recuento por Internet.
Adolfo fue quien primero habló con los periodistas para admitir que no estaba en la preferencia de la gente y que su hermano Alberto y Poggi peleaban muy cerca.
A su alrededor estaban su esposa y jefa de campaña Gisela Vartalitis, su compañero de fórmula Marcelo Sosa y legisladores nacionales de su sector. Las caras lo decían todo. Igual, el veterano candidato se mostró tranquilo.
En el bunker de Poggi se tardó en comunicar un mensaje en el que admitía la derrota, que llegó pasadas las 22.
En tanto en la sede del PJ los bombos peronistas hacían sentir su esplendor triunfal con un gobernador exitoso saludado por sus militantes.