La última semana antes de llegar a las elecciones del domingo 16 de junio deja un debate con gusto a poco y días de mucho dardo verbal. Tres candidatos, tres opciones para nuestra Santa Fe 2019-2023.
El viaje de la política en la provincia de Santa Fe tiene una nueva parada para cambiar de conductor: Antonio Bonfatti (69), Omar Perotti (59) y José Corral (51) aspiran a tomar el volante y brindarnos un viaje más intenso, tranquilo o llevarnos al accidente fatal.
En este camino que se trazaron los aspirantes al máximo cargo político, los tres cuentan con una característica importante: experiencia ejecutiva. El candidato oficialista conoce el puesto luego de 4 años de Casa Gris, el intendente de Santa Fe cuenta con 8 años al frente de la ciudad capital y el peronista tiene en sus espaldas 12 años al frente de la intendencia de Rafaela.
Los tres candidatos llegan a este domingo 16 de junio con intenciones diferentes, el socialista con el proyecto de una continuidad que lleva tres períodos gubernamentales, el peronista con la premisa de “paz y orden”, y el radical alineado a Mauricio Macri apunta todos los cañones hacia la seguridad.
El debate y la recta
Cada uno de sus argumentos para ser gobernador se plantearon en el último debate que se llevó adelante en la ciudad de Rosario, con un formato que no podía evitar caer en el bodrio. Antonio Bonfatti, Omar Perotti y José Corral se cuidaron de no pisar el palito nunca. Corral fue quien más fustigó, Bonfatti en segundo término, Perotti apenas tiró uno o dos dardos. El debate tuvo lugar una semana antes de la votación. En su período final, las campañas electorales recrudecen, casi que muerden a los electores. Los caniches se transforman en pitbulls violentos.
De cara a los televidentes Omar Perotti sacó algunos cuerpos de ventaja. Nunca leyó, siempre miró de frente a cámara, apenas trastabilló un par de veces, jamás perdió el hilo y sus intervenciones siempre cayeron justo con el tiempo pautado (dos minutos, un minuto y treinta segundos por tema). Parejos quedaron Bonfatti y Corral: el primero leyó demasiadas veces y elevó sus carteles con desprolijidad, el segundo se quedó corto y muy corto en repetidas intervenciones, tanto que hasta los periodistas se lo señalaron.
Bonfatti tuvo un par de gestos, sobre el cierre, que le pusieron picante al encuentro, al señalar hacia los costados a sus contendientes, achancándole a los justicialistas la venta del Banco de Santa Fe, la liquidación de los ferrocarriles, la destrucción de la EPE, el ajuste de los salarios estatales, y a Cambiemos el cierre del Ministerio de Salud y el de Trabajo, mencionando que ya no se mandan más vacunas.
Corral logró una foto al levantar las esposas que deberían haber tenido los presos fugados recientemente. También Corral supo pescar tramos de sus oponentes y utilizarlos en sus intervenciones: fue el más combativo. Acaso sean sus destrezas asamblearias de juventud las que tallaron en esas improvisaciones.
Perotti fue señorial y habló como si ya tuviera la elección en el bolsillo. Su máximo ataque quizás fue decir “Yo no veo la provincia que otros ven, yo no veo que estemos tan bien”, en el cierre, o retomar las acusaciones del oficialismo para devolver un “Que no los asusten” para los empleados públicos. No perdió oportunidad de reiterar “Vamos a continuar lo que está bien”. De hecho: fue una de las primeras frases que dijo. Todo un acierto, la insertó antes de que la cosa aburriera.
Bonfatti, que le fue al cuello a los empleados públicos y a los docentes, recordando todos los derechos que ganaron en la última década.
Corral de arranque apuntó a que es “radical desde los 14 años” y recordó a Alfonsín en el cierre. Poco hay de la Lista 3 en Cambiemos, pero bueno: trató de morderle voto radical al Frente Progresista.
Perotti quizá no sumó más de lo que tiene, pero sí reforzó duro en lo propio. El campo fue mencionado sucesivamente, casi en todas sus intervenciones. El boleto gratuito educativo también fue un hit.
El silencio preferido
Lo no dicho fue clave también en este punto. Corral no mencionó a Macri, aunque fue el único que encuadró la elección en un marco nacional, y mencionó a la gobernadora Vidal a la ministra Bullrich, Perotti no se alineó con ningún candidato peronista y Bonfatti se paró en una perspectiva puramente provincial.
Extrañamente, en la desesperación de sus ataques, Corral le hizo un favor a Bonfatti al pegarlo al kirchnerismo. El votante antiperonista de Cambiemos ya sabe qué valor tiene su voto como voto útil. Pero algún kirchnerista se creerá, a partir de ayer, que Bonfatti apoyó efectivamente a Daniel Scioli.
Frases que los definen
Para pasar en limpio, Bonfatti apunta y repite en cada nota periodística: “Lo primero que tenemos que hacer es reformular el Estado, hacerlo ágil y eficiente. Hay que generar un cambio de mentalidad en el empresariado y en el sector científico-tecnológico”.
El ex gobernador y actual diputado también intenta convencer desde los actos: “La gente va a comparar todo lo que hicimos y hacemos. El Frente Progresista genera confianza. La gente nos conoce y sabe que somos de palabra”.
El principal rival que tiene el Frente gobernante es Omar Perotti, y desde ese lugar el rafaelino tira donde más le duele al socialismo: “Si alguien está de acuerdo con esta política de seguridad, con este nivel de delito y narcotráfico, ese ya tiene candidato. El que está en contra de eso puede contar conmigo”.
Y el otro punto donde el “Gigante” quiere mostrarle fortalezas a la población es el trabajo: “Voy a apoyar al que produce y trabaja”. Y repite una y otra vez, “desde el primer momento pondré el boleto educativo gratuito y buscaremos generar programas de primer empleo y programas para vivienda digna”.
José Corral, que cuenta con menos votos según las PASO y los pocos encuestadores que se instalaron en la provincia, tira todo lo que puede en esta pelea que Cambiemos sufre (léase pierde) en casi todas provincias: “En estas elecciones se juega el futuro de la provincia. Nosotros tenemos una propuesta que se hace cargo del futuro. En las recorridas el primer tema que aparece es la inseguridad”.
El intendente de Santa Fe y socio del Frente Progresista durante 9 años dispara una y otra vez al oficialismo y propone futuro: “Ahora se discuten otras cosas: la inseguridad, la falta de infraestructura, los problemas hídricos, la falta de oportunidades para los jóvenes. Cambiemos va a ganar de nuevo las elecciones en la provincia. Somos la propuesta del futuro, el ciclo del socialismo está agotado”.
La grieta local
Las horas están contadas, la aceleración está en su punto máximo, y cuando cada uno, cuando mira el espejo retrovisor, se da cuenta que la grieta en Santa Fe (socialistas vs radicales corralistas) fue la que los pone a los tres en un lugar diferente: el oficialismo con la obligación de mantenerse firme en el poder; el peronismo, al principio en silencio, como el emergente de una grieta provincial y un desalentador panorama económico y social a nivel nacional; y Cambiemos aparece como el más afectado por esta grieta santafesina, con un Corral que se fue del FPCyS y jugó un pleno a Macri. El tema es que el presidente sigue haciendo malabares para buscar la reelección, tanto que decidió llevar a un peronista (siempre criticado por Cambiemos) como vice y darle la espalda a todos los radicales, los mismos que le pedían una interna y más ampliación de esa alianza gubernamental.
El 16 de junio, cuando se cuenten las boletas, Santa Fe contará con un nuevo gobernador, y a diferencia de otras provincias, los candidatos pueden mostrar experiencia política, dominio de la cosa pública y conocimiento técnico. Y eso, santafesino de veras, que no te parezca poco.
Por Gastón Chansard.