En las últimas semanas la tercera vía perdió volumen y hoy son dos las candidaturas que están en pie.
La vía del medio implosionó. Resistió cuatro impactos en solo 20 días. Golpes que fueron, por acumulación, letales. Fue un encadenamiento de jugadas políticas que vaciaron de poder el espacio anti grieta que desde hace un año sostenían, con diferentes posturas e ideas, los dirigentes políticos que querían construir un esquema distinto al kirchnerismo y a Cambiemos. La fuerza que mejor representó esa idea fue Alternativa Federal. Hoy quedó reducida a dos gobernadores y un grupo de legisladores.
El 18 de mayo Cristina Kirchner dio un paso atrás y postuló a Alberto Fernández como presidente. Ese corrimiento generó el inmediato alineamiento de la mayoría de los gobernadores del PJ detrás de la fórmula Fernández-Fernández. Cuatro días después se cayó la cumbre de los principales dirigentes de la tercera vía y Roberto Lavagna tomó distancia de un acuerdo con Alternativa Federal. Fue una jornada caótica, con acusaciones cruzadas, en la que el esquema se debilitó frente a la sociedad.
El 30 de mayo Sergio Massa encabezó el Congreso del Frente Renovador en Parque Norte. Allí recibió el respaldo de su espacio político para abrir la negociación con un sector de la oposición que en Alternativa Federal estaba vedado: el kirchnerismo. Su giro hacia Unidad Ciudadana dejó al espacio federal sin uno de los sostenes electorales y territoriales de la fuerza. La decisión cambió por completo la agenda de negociaciones políticas.