Lorena Romero tenía 21 años y el pasado 10 de junio salió de su casa en Resistencia, Chaco, a hacer un mandado por pedido de su madre.
Su cuerpo fue hallado en aguas del río Paraná en un paraje de la costa santafesina y esta semana se confirmó que era ella. El cadáver viajó 200 kilómetros río abajo y presentaba extrañas mutilaciones que, en un primer momento, hicieron pensar de un posible ataque a machetazos.
Su novio había sido detenido. Sin embargo, poco después recuperó la libertad por falta de pruebas.
Una barcaza de gran porte pudo haber sido la causante de las laceraciones que presentaba el cadáver.