Pasaron las tan esperadas elecciones santafesinas. Tan esperadas porque no era una elección más para Santa Fe y para la Nación, en nuestros pagos porque se sabía que la posibilidad de un cambio de signo político podía darse y en el país por una cuestión estratégica para ambos sectores, oficialistas y opositores. Para Casa Rosada fue un golpe muy duro, ya que ganó el peronismo unido en una de las tres provincias más importantes del país. Este golpe significa que el peronismo recupera la tercera provincia del país a cinco días del cierre de listas; para el gobierno de Macri, es la décimotercera derrota del año.
Después de 12 años del Frente Progresista, la ciudadanía de Santa Fe decidió cambiar. Omar Perotti venció a Antonio Bonfatti en una elección signada por la situación nacional. Perotti sumó casi 740 mil votos (40,5%): 35 mil más que los logrados por las dos fórmulas del PJ en las primarias de abril. El socialista Antonio Bonfatti sumó 662 mil sufragios (36,3%), lo que representa 150 mil más que en las Paso, pero no le alcanzó para volver a la Casa Gris. El candidato de Cambiemos, José Corral, volvió a quedar tercero cómodo con 345 mil votos (18,9%), casi el mismo caudal que en las primarias.
La victoria Justicialista se hizo sentir en los departamentos provinciales, ya se impuso en 11 de los 19, incluidos Rosario y Santa Fe, los más poblados, los que terminaron de inclinar la balanza electoral. Uno de los datos más importantes de las elecciones fue la victoria del peronismo en el departamento Rosario, bastión fundacional del socialismo provincial.
Las 11 bancas justicialistas: Guillermo Cornaglia (Belgrano), Eduardo Rosconi (Caseros), Alcides Calvo (Castellanos), Ricardo Kaufmann (Garay), Marcos Castelló (La Capital), Rubén Pirola (Las Colonias), Marcelo Lewandowski (Rosario), José Baucero (San Javier), Armando Traferri (San Lorenzo), Cristina Berra (San Martín) y Osvaldo Sosa (Vera).
Las 7 del Frente Progresista: Germán Giacomino (Constitución), Lisandro Enrico (General López), Orfilio Marcón (General Obligado), Joaquín Gramajo –actual senador por el justicialismo que ahora compitió por el Frente Progresista– (9 de Julio), Felipe Michlig (San Cristóbal), Leonardo Diana (San Jerónimo) y Rodrigo Borla (San Justo). Ninguno de los electos pertenece al Partido Socialista.
La única banca de Cambiemos: Hugo Rasetto (Iriondo).
Como contrapartida, Perotti gobernará con la Cámara de Diputados en contra (categoría en la que se impuso el gobernador Miguel Lifschitz) y el PJ tampoco controlará los municipios de Rosario y Santa Fe.
El gran acuerdo
El PJ ganó porque hubo un enorme acuerdo de “unidad en la diversidad” liderado por el presidente del PJ en la provincia, Ricardo Olivera. Y para entender este junio de 2019 hay que remontarse en la buena elección de 2015, cuando Perotti quedó tercero a solo un punto de Miguel Lifschitz y Miguel Del Sel. Ese año el PJ venció a Cambiemos en la provincia con Perotti como candidato ante Carlos Reutemann. El turno intermedio de 2017 fue el primer ensayo; allí funcionó sin fisuras un esquema de unidad con internas entre Agustín Rossi y Alejandra Rodenas, hoy vicegobernadora electa.
En 2019 todos esos sectores (Perotti, Olivera, Rossi, Rodenas, senadores, intendentes y legisladores) sellaron la unidad para las elecciones provinciales. Bajo el nombre Frente Juntos, inscribieron una alianza de 14 partidos, incluido el Frente Renovador. La unidad en Santa Fe fue un anticipo, casi idéntico, de lo que ocurrió luego en el plano nacional.
Bajo ese esquema de unidad, el Frente Juntos dispuso para las primarias una interna muy competitiva entre Perotti y María Eugenia Bielsa. El rafaelino –con mayor estructura y alianzas más extendidas– no solo ganó con amplitud esa interna; también se produjo un triunfo claro en la suma frente contra frente: 704 mil votos contra 510 mil de Bonfatti. En la general, la diferencia fue 740 mil contra 662 mil. El Frente Progresista creció más, pero la distancia inicial fue irremontable.
En términos futboleros habrá que entender que el PJ juega cada partido provincial como el último, unidos por el beneficio del equipo, y en cada partido lucha por una victoria local, sabiendo que esa es la fórmula para quedarse con el gran título nacional, que llevan a los Fernández como líderes y capitanes.
Mauricio benefició
La jugada del gobierno de Macri orientó las alianzas políticas en nuestro territorio, con la salida de José Corral del Frente Progresista hacia Cambiemos, el que se benefició fue el PJ. El socialismo y Cambiemos, con el intendente de Santa a la cabeza, armaron la “grieta” provincial y sin darse cuenta sólo estaban alimentando al peronismo santafesino. Además de la pelea interna de dos sectores que fueron socios durante una década, el PJ también infló sus ilusiones de volver a la Casa Gris con las noticias porteñas de un Justicialismo unido. Mientras que el FPCyS busco un cruce provincial, Corral llevó la pelea electoral al terreno nacional, y así le fue, tercero, con menos del 20% de los votos.
Las promesas
En su primer discurso Perotti solo prometió “pelear por la coparticipación, por las obras, por la deuda que la Nación tiene con Santa Fe”. De las candidaturas nacionales, nada por ahora.
El nuevo gobernador propone como ejes la producción y el trabajo. Desde Rafaela, su ciudad, prometió “poner de pie a Santa Fe. Esta es una provincia gigante, da para mucho más de lo que tenemos. Cada santafesino siente que le toca poco en relación al potencial de esta provincia. Eso es lo que queremos poner en marcha”.
“Esta es una ciudad que respira trabajo. Queremos una provincia que tenga la misma posibilidad. Este es el sueño que tenemos para todos los santafesinos. Queremos que Santa Fe enarbole las banderas de la producción y el trabajo”.
También destacó “tener una mirada integral del sur, del centro, del norte, como tenemos los hombres del interior. Siempre han sido gobernadores personas que han desarrollado su vida política en Rosario y Santa Fe. Ojalá podamos con esa impronta integradora la posibilidad de poner en marcha la provincia de manera diferente”.
Sobre el tema que fue eje de su campaña, la seguridad, hubo una sola definición que a primera vista parece sencilla, pero que es todo un compromiso: “Queremos una provincia más segura, donde la gente pueda trabajar y vivir en paz. Ese va a ser nuestro objetivo central”.
Nuestro tango
¿Qué puede cambiar?, suele preguntarse buena parte de la ciudadanía cuando gana otro sector político en un Poder Ejecutivo. Sería bueno escuchar la pregunta: ¿Qué pondrán mejorar? Desde lo positivo es más fácil construir, es más factible encontrar los famosos concesos para edificar un presente mejor y un futuro esperanzador. Pero hay algo de nuestra argentinidad que nos hace dramáticos, negativos y nos convertimos en un tango, de esos que hablan de un pasado mejor, de lo que ya no está, de lo que pudo haber sido y toda esa vieja melancolía conocida.
Prefiero pensar que el presente puede ser mejorado, que toda la ciudadanía, junto a los nuevos gobernantes trabajarán para vivir en un futuro promisorio y que nada ni nadie va a cambiar lo bueno que se hizo, al contrario, se ensanchará ese camino para no equivocar la dirección a seguir.
El Frente Progresista deja el poder luego de 12 años de avances, transformaciones y derechos consolidados, aunque también con deudas pendientes. Fue importante, pero no alcanzó. La gente en las urnas eligió un cambio.
Por Gastón Chansard.