Antes de matar a su esposa, Silvina Bettina Mancini, de quien estaba separándose, Gabriel Alejandro Ortigoza les escribió una carta a sus hijos adolescentes con un mensaje breve: “Yo sé que nunca van a perdonarme, pero quiero que ustedes digan todo, como eran las cosas. Siempre los voy a amar”.
Después prosiguió con la decisión que ya había tomado. Le disparó a su esposa un tiro en la cabeza y después se pegó un tiro en la sien. La mujer murió poco después de ser trasladada al hospital, a raíz del impacto de bala y el femicida falleció horas después, en el Hospital Zonal General de Agudos Virgen del Carmen de Zárate.
Ortigoza era empleado de una cabina de peaje, mientras que la víctima era peluquera. La hija del matrimonio, de 16 años, descubrió lo que había pasado cuando fue a su casa y encontró a sus padres tirados en la habitación y agonizando. La pareja se estaba separando.
“Necesito saber por qué me arrebataste lo más importante que tenía”, escribió en Twitter la adolescente. “Yo sé que es el asesino de mi mamá, pero antes de eso fue mi papá”, añadió.
Necesito saber porq me arrebataste lo mas importante que tenia.
— Magui (@ortigoza_magui) June 15, 2019
En la casa, personal de la Policía Científica secuestró una pistola calibre .32 Selmi, con un cargador colocado con cuatro cartuchos intactos, otro alojado en la recámara y dos vainas servidas.
Intervino en la investigación el fiscal Alberto Gutiérrez, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 7 del Departamento Judicial de Zárate-Campana, que caratuló la causa como “homicidio seguido de suicidio”.