Los trabajos prácticos, tesis de grado, monografías o cualquier otra actividad académica de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales (FHCS) de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco podrá ser presentada en lenguaje inclusivo.
Así lo determinaron por unanimidad los miembros del Consejo Directivo en la II Sesión Extraordinaria que se desarrolló el lunes pasado. La resolución será publicada en la página web de la Facultad.
La nueva directiva estará disponible en el sitio para que cualquier miembro de la comunidad educativa pueda descargarla. La idea es que los estudiantes puedan imprimirla y exhibirla a aquellos docentes que se nieguen a corregir trabajos o tesis redactados en ese estilo.
Tomás Bobowski, estudiante de la carrera de Historia y consejero directivo, fue quien presentó el proyecto a partir del pedido de varios estudiantes que sufrían revisiones o la desaprobación de sus trabajos prácticos o tesis de grado por utilizar lenguaje inclusivo.
“Logramos que se apruebe a partir de las leyes que existen y teniendo en cuenta que hay varias universidades que lo están usando. Lo que se resolvió es que todo el que quiera usarlo podrá hacerlo sin sufrir ningún tipo de corrección o intimidación. No es obligatorio”, aclaró Bobowski en diálogo con El Patagónico.
El concejo directivo de la facultad aseveró que se trabajará para que la medida se extienda al reglamento de alumnos teniendo en cuenta que hay varias universidades que implementaron el lenguaje inclusivo en todos sus ámbitos. En noviembre del año pasado, por ejemplo, una alumna de la licenciatura de Psicopedagogía de la Universidad de Río Cuarto presentó su tesis con esta nueva forma de expresión. “Les referentes de crianza y las experiencias de aprendizaje en el desarrollo de las funciones ejecutivas”, se llamó el trabajo. Y en abril de este año, se realizó el Primer Congreso de Lenguaje Inclusivo en la Universidad de La Plata.
“Es un gran paso porque cualquier alumno podrá utilizar el lenguaje inclusivo y no se le podrá descontar puntos o descalificarlo. Ese fue el disparador del proyecto, que ya está en vigencia y se puede utilizar en la Facultad”, valoró Bobowski quien también agregó que la resolución podrá ser utilizada si algún docente se niega a corregir un trabajo práctico o una tesis redactada en ese estilo.
“Varias de nuestras compañeras sabían en qué universidades se está aplicando y eso nos sirvió como antecedente. Tenemos docentes que han presentado trabajos en lenguaje inclusivo y la Facultad de Humanidades emite sus comunicados en lenguaje inclusivo. Tenemos un montón de herramientas para demostrar que se estaba utilizando en la Universidad”, argumentó el estudiante de la carrera de Historia.
Bobowski subrayó que ninguno de los consejeros de los diferentes claustros –docentes, no docentes, graduados y estudiantes- se mostró en contra de la iniciativa.
“Fue unánime la decisión. Solo se hizo una breve fundamentación del proyecto. No fue necesario extenderse mucho. Hubo acuerdo entre los presentes y también sorpresa porque algunos docentes no sabían que se había desaprobado a los alumnos por usar lenguaje inclusivo”, afirmó.
“No estaba por fuera del sistema universitario. Era algo que se podía apreciar al solo ingresar y por eso queríamos un reconocimiento del lenguaje inclusivo. Todos sabíamos que se utilizaba, pero no estaba reglamentado. Queríamos que el Consejo lo aprobara y se pueda utilizar sin sufrir ningún tipo de consecuencia”, afirmó el representante de los estudiantes.
El debate por el lenguaje inclusivo se instaló en muchos ámbitos y llegó, por supuesto, a la Real Academia Española (RAE), que en noviembre del año pasado reiteró su rechazo al publicar su primer manual de estilo del idioma español.
Poco después, el director de entidad, Santiago Muñoz Machado, afirmó que no se “puede imponer una manera de hablar por decreto, ni por un acuerdo”, y subrayó que la Academia “no está cerrada” a las aperturas del lenguaje inclusivo para las mujeres “cuando sean razonables”. Aclaró que el “lenguaje inclusivo recoge muchas versiones”, pero el lenguaje formal “con terminaciones en masculino con aparente masculinidad es inclusivo porque incluye muchas veces el femenino”. Aun así, Muñoz Machado ha abierto la opción a que se hagan “movimientos que visualicen más” el sexo femenino en el lenguaje español.