Desde la Confederación Farmacéutica Argentina aseguraron que hasta el momento no se produjeron cierres masivos, aunque reconoció que muchas deben vender “al fiado”
La venta de medicamentos recetados está en picada. En abril último, cayó 8 por ciento con relación al mismo mes del año pasado y según advirtieron desde la Confederación Farmacéutica Argentina, la actividad está en “estado crítico”.
De acuerdo con lo que precisó la presidenta de la entidad, Isabel Reynoso, por ahora las farmacias resisten ajustando costos y hasta “vendiendo al fiado”, pero “no hay cierres masivos” de locales.
Señaló que el sector atraviesa una “situación crítica debido al contexto económico en el país, y porque además tenemos que pagar los medicamentos para abastecernos en un plazo de quince días y las obras sociales nos pagan el reembolso en 60 ó 90 días”.
“Así es muy difícil sostener la actividad, porque además no nos podemos financiar, ya que es imposible con las tasas de interés actuales”, explicó en una entrevista con la agencia NA.
Dijo que a este escenario complejo se deben agregar los “aportes y bonificaciones que hacen las farmacias, que tornan la situación muy delicada, y la rentabilidad es muy poca y se achica cada vez más”.
“Desde la Confederación tratamos de dar un soporte a las farmacias, que son pymes o minipymes en su mayoría, buscando agilizar los cobros con adelantos de las obras sociales para zanjar esta difícil situación”, señaló Reynoso.
Aclaró que “pese a esta situación crítica no se han producido cierres de farmacias, como se está difundiendo, sino que por el contrario se están abriendo más, porque los colegios locales tienen planes de ayuda para abrir nuevos establecimientos donde hacen falta”.
Explicó que las caídas en las ventas “tienen que ver más con la situación del país que con los precios, porque aquel que perdió su trabajo o debió renunciar a la prepaga deja de comprar los medicamentos porque no los puede pagar, porque se les cae la cobertura en medicamentos”.
Explicó que también “en muchas farmacias de barrio se han abierto cuentas corrientes porque la gente compra fiado y va pagando el medicamento como puede”.
“Mas allá del precio, la gente accede al medicamento por la cobertura social que tiene y al dejar de tenerla, comprar un medicamento sin los descuentos es un impacto altísimo para el bolsillo”.