La mirada es una de los aspectos del rostro que más se observa y es, sin dudas, la que expresa mayormente nuestro estado de ánimo.
Con el correr del tiempo, los músculos de la cara y los que lo rodean se van aflojando, ya sea por vejez o por gravedad, dado que la mayor parte del tiempo estamos parados o sentados. Y al aflojarse el tono muscular, empieza a aparecer la grasa que rodea y protege al ojo como si tuviera un efecto de “herniación” de la misma.
Paralelamente, los pómulos se caen y la grasa de la cara media se va atrofiando, lo que hace que el rostro pierda su redondez de juventud y se vaya alargando. Al ser la zona periocular -ojos y las estructuras que los rodean- una de las partes del rostro que más nos pone en evidencia, podemos cambiarla a través de una cirugía sola o acompañada de otros métodos no invasivos como la toxina botulínica o los rellenos.
¿Cómo?: a través de la blefaroplastia, término que proviene del griego bléfaro (párpado) y plastia (reparación). Se trata de la cirugía que, por problemas de índole reparador o de cosmética, se realiza en los párpados para sacar el aspecto “cansado” que arrastran con el transcurrir del tiempo. El mejor logro de esta cirugía es tratar de realizar un cambio fresco de la mirada y del rostro tratando de lograr cambios con muy pocos “toques”.
Esta es una de las cirugías cosméticas más solicitadas y puede ser realizada por cirujanos plásticos o por oftalmólogos dedicados a la oculoplástica o bien especialistas en cirugía palpebral. En la actualidad se realiza tanto en hombres como en mujeres en un porcentaje de 40 a 60%, es decir que cada 10 operados 4 son hombres, una cifra que para otro tipo de cirugías cosméticas no es tan alta en los hombres.
La blefaroplastia puede ser de párpados superiores (por exceso de piel), de párpados superiores e inferiores (exceso de piel y grasa) o bien puede ser una blefaroplastia combinada superior e Inferior (piel, músculo o aponeurosis y grasa).
Esta cirugía mejora el aspecto de cansancio o de tristeza en la mirada y con ella se puede mejorar la herniación de la grasa que comúnmente llamamos “bolsas grasas”.
Por otro lado, la caída del párpado superior también se puede corregir con una cirugía de blefaroplastia cuando ésta se produce por un exceso de piel por estiramiento de las fibras elásticas de la piel. Cuando la causa de la caída del párpado superior es muscular se denomina “ptosis” y debe realizarse una cirugía sobre el músculo que se llama blefaroptosis.
En la actualidad, a través de la cirugía de blefaroplastia, se retira lo justo y necesario e incluso a veces ni siquiera se retira la grasa, sino que se la cambia de lugar, traslocándola por debajo del hueso de la órbita. Hoy se considera una exitosa cirugía de párpados cuando se logra una cara redonda simétrica, sin excesos de grasa y sin efecto cadavérico, siendo a veces incluso innecesaria la apertura de piel en lo que llamamos blefaroplastia transconjuntival. De ese modo, se logran resultados totalmente naturales.
El postoperatorio es muy simple y sencillo, ya que necesita de cuidados mínimos y de frío local.
* Jefe Servicio de Oftalmología – Hospital Italiano de Buenos Aires Dr. Eduardo Jorge Prémoli – M.N. 79.372 y M.P. 38.162 *