Participaron 44 profesionales de la salud en la Fundación Hospitalaria. Los niños están bien, independientes uno del otro, jugando, riendo y adaptándose a sus cuerpos.
Por primera vez, un grupo de médicos argentinos separó a dos hermanos siameses unidos por la pelvis. Gianluca y Santino nacieron unidos por los genitales, y los sistemas urinario y digestivo. Con apenas 8 meses de vida, se sometieron una cirugía para separarse y ahora por fin ya están en casa.
La intervención quirúrgica demandó 9 horas y el trabajo de 44 profesionales. Se hizo en la Fundación Hospitalaria (Nuñez) el 22 de junio pasado pero fue diseñada ya desde la panza de la mamá de los hermanitos.
Evelyn y Jonatan Figueroa se enteraron que esperaban siameses a los tres meses de embarazo. Y desde entonces se prepararon para un parto de riesgo y para lo que vendría después. Gianluca y Santino nacieron por cesárea el 20 de septiembre de 2018. Fue su primera gran victoria. Cada uno pesó 1,8 kilos y no les fue fácil llegar a término porque el cuello uterino de su mamá se había acortado por lo que fue necesario colocarle un dispositivo intravaginal llamado pesario de Arabin.
Hasta el día de la operación, los bebés fueron seguidos semanalmente por especialistas enfocados en que pudieran crecer y madurar lo máximo posible para poder soportar la intervención.
La separación se concretó el 22 de junio: los especialistas debieron separar aparatos digestivos y urinarios, conservar los músculos, respetar la anatomía, y restituir plano por plano las zonas afectadas de ambos bebés.
“El post quirúrgico fue bastante sencillo, lo más difícil y complejo ya había ocurrido. La mamá resaltaba que Gianluca extrañaba al hermano y que Santino sentía que se había sacado un peso de encima. Esta observación se debía a cómo ellos estaban unidos y cómo sentían la presencia del cuerpo del otro. Debido a la posición por la que estaban unidos, uno sí lo registraba y el otro no”, contó Alejandra Lafont, jefa del Servicio de Pediatría de la Fundación Hospitalaria.