Con mayor demanda, la divisa subió a $43,93 a pesar de que el BCRA salió a absorber pesos.
En ese marco, el tipo de cambio minorista avanzó 42 centavos a $44,93 en el promedio de los bancos porteños. En las ventanillas del Galicia, el ICBC, el Credicoop, el Ciudad, el BBVA y el Supervielle superó los $45. Con el regreso de la presión alcista, el dólar cortó la racha de dos meses y medio de calma y en seis ruedas acumuló un salto del 4,5%.
Con la prioridad absoluta de evitar sobresaltos cambiarios durante la campaña electoral para no minar las chances del oficialismo, el Banco Central desenfundó todo su arsenal, excepto las ventas de reservas que se guardarán para los momentos más complicados, como una eventual corrida.
Por un lado, aunque la entidad no dio información acerca de su intervención, los operadores aseguraron que la entidad se mantuvo muy activa en el mercado de futuros, tal como hizo la semana pasada. Por otro, aspiró $43.700 millones a través de las dos licitaciones diarias de Leliq y convalidó una suba de la tasa de 41 puntos básicos hasta el 59,99%, con la intención de estimular a los ahorristas a quedarse en pesos. Un instrumento que incuba una bomba que crece a gran velocidad (ver página 3).
“La demanda por cobertura dominó la rueda y justificó un nuevo salto del tipo de cambio mayorista. Las ventas oficiales en futuros no revirtieron la tendencia compradora en el mercado y sólo suavizaron la corrección”, destacó Gustavo Quintana, trader de PR.
Para el asesor financiero Gustavo Ber, la intervención oficial fue insuficiente porque “se reactivó con decisión la demanda por cobertura” ante la cercanía de las elecciones que impulsa a los inversores a desarmar posiciones del carry trade, aunque también influyó “la firmeza del índice dólar a la espera de las señales de la Fed”, que esta semana definirá si baja o no la tasa en Estados Unidos. Al mismo tiempo, la oferta retrocede ante el cierre de la cosecha de soja.
La economista de Itega, Mara Ruiz Malec, analizó el cuadro así: “El Gobierno no solucionó ninguno de los problemas macro importante. Las actuales mejoras en términos fiscales y en el déficit de cuenta corriente son temporales porque responden a una bruta recesión y a un ajuste muy fuerte. El día que la economía vuelva a crecer, regresarán los problemas externos. En el medio, además, hay una deuda gigante. La economía en el mediano plazo es inestable. Y cuando los agentes notan eso adelantan sus decisiones y la economía se vuelve inestable hoy. ¿Cuándo? Puede ser en cualquier momento pero en las proximidades de las elecciones las gente suele resguardarse”.