Tiene apenas 16 años. Ya se había convertido en el más joven en hacer una pole y en ganar una serie en una competencia de la ACTC.
consiguió en La Plata la primera victoria de su carrera al imponerse en el TC Pista Mouras y escribió así un nuevo hito en una carrera que promete mucho, y no solo por su apellido.
“Veníamos trabajando mucho para esto. El automovilismo es mi pasión, y quier hacer mi propio camino. Es hermoso festejar la primera victoria con una carrera tan linda como esta”, afirmó tras el triunfo con su Dodge, en el que fue escoltado por Marcos Castro y Fernando Morro Iglesias.
Ian Reutemann es oriundo de Humboldt, en Santa Fe, y es el nieto del primo del Lole. El vínculo familiar existe y el apellido es el mismo. Y el talento también está presente la sangre en el joven piloto.
En febrero pasado, Ian hizo la pole position en el TC Pista Mouras, en el autódromo de La Plata y se convirtió, con 15 años, 11 meses y 9 días, en el piloto más joven en conseguir un primer puesto en clasificación en la historia de las categorías de la ACTC.
El TC Pista Mouras es la más baja de las categorías escuela del Turismo Carretera y compite los fines de semana con el TC Mouras.
El mismo día de aquella hazaña, a bordo de un Dodge preparado por Ramiro Galarza bajo la estructura del Martos Med, Ian consiguió también ser el más prematuro en ganar una serie clasificatoria, en la que compartió primera fila de largada con Pancho Bracco, 40 años mayor que él. De todas maneras, las victorias por ahora le habían sido esquivas, hasta este domingo triunfal, otra vez en La Plata.
Ian Reutemann hizo sus primeras armas en el karting y llegó al automovilismo europeo con el apoyo de la Provincia de Santa Fe, incluso probando un auto de la escuela Ferrari. Una marca que su tío abuelo conoce muy bien. Con el Cavallino Rampante, el ex gobernador santafesino ganó cinco carreras en la Fórmula 1.
En 2017, con sólo 13 años, debutó en la Fórmula 3 Santafesina y, según se dijo en ese momento, fue récord mundial para una categoría automovilística. Con el correr del tiempo, Ian demuestra cada vez más que le espera un gran futuro. Ilusión, alrededor de él, no falta.