Al no existir una vacuna contra esta enfermedad, los especialistas insisten en la importancia de la prevención y pusieron como ejemplo el hecho de no compartir jeringas y utilizar preservativo en las relaciones sexuales
En Argentina hay unas 332 mil personas que padecen hepatitis C y apenas un tercio del total lo sabe, por lo que los especialistas insistieron en la importancia de la prevención, en el marco del Día Mundial de la lucha contra ese enfermedad, que se celebra anualmente cada 28 de julio.
Según publicó la Organización Mundial de Salud (OMS) en su último informe, la hepatitis afecta a más de 355 millones de personas en todo el mundo, mientras que en el caso de la hepatitis c, hay 2,1 millones en América Latina y el Caribe, de las cuales 332 mil son argentinas, pero apenas el 35% de ellos está diagnosticado.
Esta enfermedad es la inflamación del hígado causada por distintos virus, más frecuentemente los A, B y C. El principal modo de transmisión de la hepatitis A es a través de la ingesta de agua y alimentos contaminados, pero para la B y la C, las principales causas están asociadas al contacto con sangre o fluidos corporales infectados.
Para el virus a existen vacunas y son garantizadas por el Estado Nacional a través de su inclusión en el Calendario Nacional de Vacunación (al año de vida), mientras que para el B es obligatoria y gratuita tanto en niños adolescentes y adultos que no la hayan recibido durante el primer año de vida.
Es por eso que Pilar Estevan, gerenta farmacéutica de Farmacity, señaló que “si bien aún no existe una vacuna contra la hepatitis C, puede prevenirse no compartiendo agujas, jeringas o elementos cortopunzantes con otras personas, exigiendo el uso de materiales descartables o esterilizados al hacerse tatuajes, piercings o implantes, y usando preservativo en todas las relaciones sexuales”.
El 28 de julio fue instaurado por la OMS como el día mundial contra las hepatitis virales, en conmemoración del nacimiento del profesor Baruch Samuel Blumberg, ganador del Premio Nobel de Medicina en 1976, quien descubrió el virus de la hepatitis B y desarrolló la primera vacuna.
“El desafío a corto plazo es traccionar aún más los esfuerzos público-privados para que cada vez sean más las personas que accedan a la prevención mediante la vacunación, a realizarse controles serológicos y puedan llevar adelante tratamientos para controlar la enfermedad”, insistió Estevan.