El club deportivo de barrio Santa Rosa sufrió varios destrozos en sus instalaciones tras una fuerte pelea entre las parcialidades de Defensores de Alto Verde y Las Flores.
Este martes se completó la fecha de la división B de la Liga Santafesina de Fútbol. Entre los partidos que se debían disputar, uno de ellos resaltó entre todos. No solo porque era un cotejo muy importante de cara a la definición del campeonato, sino que tuvo graves incidentes en su desarrollo.
Frente al Hospital de Niños Orlando Alassia, se ubica el Club Sportivo Santa Rosa. Allí se disputó el enfrentamiento entre Defensores de Alto Verde y Las Flores. A causa de la crecida que sufren las instalaciones del equipo costero, hicieron de local en el barrio de la zona oeste.
Mientras se jugaba el partido, a causa de una falta se dio la expulsión de uno de los jugadores del conjunto de Alto Verde. Sin embargo, en vez de salir del campo de juego, provocó el inicio de varios disturbios. Las parcialidades de las dos squadras realizaron destrozos en las instalaciones del club. Forzaron y tiraron un portón, tumbaron un tapial y rompieron los alambrados. Además, se produjeron grescas a puño limpio, y disparos de arma de fuego que no apuntaron a ninguna persona.
Tras todos estos sucesos, el partido fue suspendido, y las autoridades de la Liga Santafesina de Fútbol tomarán varias medidas al respecto.
En tanto, el presidente del Club Sportivo Santa Rosa, Adolfo Martínez habló en Radio EME sobre lo sucedido: “Cuando termina nuestro partido en la zona de Guadalupe, nos avisen que había una batalla campal. Llegamos y nos encontramos con el tapial roto, el portón caído y los alambrados destrozados. La gente estaba muy alterada”.
A su vez, sostuvo que siempre brindan el servicio de prestar su cancha para aquellos clubes que la necesitan: “Siempre tratamos de dar una mano para los que nos necesitan”.
Por último, mencionó sus sensaciones por lo ocurrido: “Estoy un poco mal porque estas situaciones no tienen que pasar más. Tienen que dejar de hacerse los barrabravas, y enseñarles a los chicos otras cosas. Más allá de lo destrozado, me puse contento porque no hubo ningún herido, ni nada que lamentar”.