Carlos Villagrán, conocido mundialmente por darle vida a Quico en la serie El Chavo del 8, llegó a Buenos Aires y no dudó en ir a visitar a un viejo conocido, Carlitos Balá. Se dirigió hacia su departamento de Recoleta y tuvieron una larga charla mientras merendaban.
El actor mexicano y el animador infantil serán los invitados de honor al lanzamiento del Circo Rodas, donde grandes y chicos no dudarán -seguramente- en acercarse para pedirles fotos y autógrafos para llevarse un recuerdo.
El “hijo” de Doña Florinda reconoció que le hubiera encantado trabajar con su colega argentino, aunque no hubo oportunidad. Y Balá no se quedó atrás. “Yo soy tu admirador”, le dijo.
El dueño de la frase “¿Qué gusto tiene la sal?” enfrentó hace poco rumores sobre su muerte. En las redes sociales inventaron su deceso y hubo preocupación por parte de sus fanáticos. Parece que está muy bien de salud y en las vacaciones de invierno hará algunas funciones junto a Panam. ¿Logrará que Villagrán vaya a verlo?
Sobre el humor que siempre lo caracterizó, Quico aseguró que “los padres y madres pueden dejar con confianza a sus hijos ver El Chavo porque no les hará ningún daño”. “No promovemos el sexo, no generamos violencia, no hacemos borrachos. Hasta cierto punto, es tonto el programa. Pero con ingenio. Y la gente ha agradecido la serie a través del tiempo”, señaló.
El actor, que hace días se operó de un ganglio en la cara, le contó a Balá por qué lo echaron de la exitosa serie: “Roberto Gómez Bolaños me envidiaba, por eso me sacaron. Quico se le fue arriba en popularidad. Él como personaje se puso en el barril sin casa, sin padres, sin comida, sin perro, para que el televidente lo protegiera. Y puso a Quico, el que no prestaba sus juguetes, el envidioso, el llorón, como villano. Pero él no contaba que en la comedia existe el villano simpático. Y Quico se convirtió en eso. Empezó a gustar más. Y eso bastó para que me sacaran del programa”.