“Sabía cuando asumí que me tenía que ir en cuatro años”, dijo Lifschitz en Rosario y prometió una “transición muy ordenada”. Las primeras reuniones entre los equipos del gobernador saliente y el nuevo ya comenzaron: Perotti pidió una auditoría como la que Hermes Binner solicitó cuando asumió en 2007, después de Obeid.
“Las cuentas de Santa Fe están muy pero muy ordenadas, con un bajísimo nivel de endeudamiento”, aseveró.
El 10 de diciembre, Lifschitz le entregará las llaves de la Casa Gris a Perotti y cerrará así 12 años de gestión socialista. Y a partir de entonces, deberá trasladarse a la Legislatura donde comandará 28 de los 50 diputados que tiene la Cámara baja.
En tal sentido, el mandatario señaló que el Frente Progresista sigue siendo la fuerza política mayoritaria a nivel territorial, considerando también que conducirá buena parte de los municipios y comunas santafesinas.
Por eso dijo que se manejará “con prudencia y de forma constructiva, porque mi impronta siempre ha sido eso”.
Finalmente, sobre la campaña nacional que ya se lanzó, Lifschitz defendió la decisión de Roberto Lavagna de llevar como compañero de fórmula al peronista salteño Juan Manuel Urtubey. “Lavagna simboliza una propuesta superadora”, dijo e insistió con que el macrismo y el kirchnerismo sigue expresando los mismos proyectos políticos.