La industria proveedora suspendió la provisión a la espera de la evolución de la divisa. La caída de ventas minoristas podría moderar la suba de precios.
La mano invisible del mercado ayer se visibilizó en las góndolas. Tras la abrupta devaluación del peso por encima del 23 por ciento, la industria suspendió la entrega de mercadería a los supermercados y cadenas mayoristas, lo que generó mucha incertidumbre en la actividad. Sin embargo, los altos niveles de stock por efecto de la caída de las ventas que experimenta el comercio, actuaron como un colchón y permitieron que esta decisión _al menos por ahora_ no se traslade en un desabastecimiento y dilate provisoriamente la escalada de los precios al consumidor final.
La devaluación en un contexto recesivo es un escenario novedoso para los referentes del sector comercial. Para algunos, permitiría ponerle un freno a la suba desmedida de los productos de consumo masivo, en cambio para otros, no es razón suficiente para lograr que la industria no se acople al valor del dólar.
Ante la disparada de la moneda estadounidense, que ayer cerró a $57 en Rosario, la mirada estuvo atenta a qué ocurrirá a con los precios. A priori, las empresas mayoristas proveedoras de supermercados y de almacenes confirmaron que seguirán vendiendo con normalidad aunque “sin arriesgar stocks” y así se lo transmitieron a los comercios minoristas. De todos modos, manifestaron estar “alertas” sobre qué actitud tomará la industria respecto de los precios en los próximos días.
Algunas grandes compañías como Kraft Foods, que fabrica marcas como Tang, Clight, Oreo, Club Social, Philadelphia, Milka y Toblerone, ya se anticiparon y a primera hora de ayer hicieron llegar sus listas de precios con aumentos que van desde el 8 por ciento al 12 por ciento que se suman a los que ya dispuesto hace apenas dos semanas, el 29 de julio último.
“Hay muchas empresas que no venden, tienen sus operaciones suspendidas y entiendo que esperan a que se aclare el panorama para ver qué precio poner”, dijo ayer Mariano Martín, secretario de la Cámara de Supermercados y Autoservicios de Rosario y la Región (Casar).
Precios ¿justos?
El mismo panorama planteó el titular del Centro Unión Almaceneros, Juan Milito, quien dijo que “hoy (por ayer), la industria cortó la venta a las empresas proveedoras mayoristas”. Así lo comprobó el dirigente luego de realizar consultas con los grandes jugadores del rubro como Micropack y Parodi, los cuales, de todos modos, “confirmaron que seguirán vendiendo y garantizarán la provisión de productos del programa Precios Justos”, agregó y confirmó la continuidad del mismo. El programa se extendía hasta el 15 de septiembre, pero la situación cambiaria obligará a seguir con detenimiento la evolución de los precios.
Desde el sector supermercadista aseguraron que están a la espera de la decisión de la industria para saber si habrá remarcaciones, pero también aseguraron que la demanda pone un límite. “Las ventas están muy caídas y sabemos que la industria tiene mucho producto por vender. Es una situación muy particular”, dijo Martín y por eso “creo que la demanda le va a poner un techo a los precios”, agregó.
El dirigente reafirmó su aseveración: “Ya venimos con caídas de ventas interanuales de entre 7 y 10 puntos en unidades, es muy fuerte y muy alto los gastos que tienen comercios e industria como para darse el lujo de vender menos”, dijo.
El último indicador mensual de facturación de Rosario muestra una caída de 7,1 por ciento en el comercio.
“Los supermercados y autoservicios están abastecidos porque cuando se frena la demanda te encontrás con un montón de mercadería”, detalló Martín y por eso dijo que por estas horas no están analizando restringir la venta de determinados productos o poner cupos de compra por temor al desabastecimiento. “En realidad lo que queremos es vender, porque no se está vendiendo nada”, dijo sin eufemismos.
“El poder adquisitivo está tan bajo, la demanda tan caída y la industria con tanto stock que en lo primero que se piensa es en hacer más ventas por unidad que en aumentar precios”, reflexionó
Para Milito la situación es similar, aunque por tratarse de comercios de menor escala, los almacenes buscarán “cuidar el stock”, frente a un escenario tan volátil. Por otra parte, se mostró más escéptico sobre la evolución de los precios. “Cuando se instalen nuevos valores no quedará remedio, esto fue lo que pasó en los últimos tiempos, pese a que la economía clásica indica que la recesión frena los aumentos”, se lamentó el dirigente de los almaceneros. “Los formadores de precios siguen subiendo, profundizan el ajuste y tarde o temprano eso se ve en la góndola”, agregó Milito. También agregó que el correlato directo es que “se vende menos y los más perjudicados somos los más chicos”.
El dirigente sustentó su análisis en datos concretos. Señaló que ayer en su comercio recibió la nueva lista de los productos de Kraft Foods con aumentos que llegan al 12 por ciento luego de los incrementos que la firma ya había dispuesto hace dos semanas. “Y no sólo fueron las grandes industrias, hay otras más chicas como las que fabrican sal de mesa que también dejaron de vender para aumentar, mientras que una de las principales aceiteras hoy dijo que no tiene precio y mañana venderán a precio dólar”, precisó.