El dueño de la empresa emitió un comunicado a los medios de comunicación.
Ayer se conocía la noticia que la firma santafesina Falucho que nucléa a varios locales gastronómicos está en proceso de quiebra. Según afirmaron desde la Unión de trabajadores hoteleros y Gastronómicos, la decisión se dio, tras las importantes deudas de la empresa con AFIP y con el sindicato de los trabajadores gastronómicos.
En la mañana de hoy Carlos Fertonani, uno de los responsables de la empresa, respondió mediante una carta que envió a los medios de comunicación:
“En el medio de una crisis económica nacional que afecta de manera directa a todo el pequeño y mediano empresariado, soportando operaciones mediáticas que sólo procuran dañar el nombre de nuestra firma, la familia Triferto, sigue sosteniendo el desafío de sostener una empresa familiar con 25 años de trayectoria, que ha sido y es un ejemplo de apuesta constante a la ciudad y a las necesidades de los santafesinos.
Triferto es una empresa de santafesinos, con una larga trayectoria en el rubro gastronómico, que con sus buenas y sus malas, ha sabido concretar espacios novedosos y distintivos para la Santa Fe del Siglo XXI. Somos una marca que identifica a la ciudad. Una familia que apostó a modificar la cultura gastronómica de la ciudad, mirando siempre al futuro.
Hoy, como tantas miles de empresas, sufrimos el estancamiento de la economía :Lo que antes era una salida semanal, casi diaria en el caso de las cafeterías, hoy es un lujo para los argentinos y particularmente los santafesinos. Como a todos, nos impactan los ciclos económicos de Argentina, los cambios de la dinámica de una ciudad, los cambios de gustos de los habitantes y visitantes.
Hemos sostenido con muchisimo sacrificio, una política empresarial que nos obligó a dar batallas contra Multinacionales y grandes Marcas Nacionales, que vinieron a competir en Santa Fe.La ecuación de costos varia constantemente, y hoy, los costos de electricidad, los precios de los alquileres y el consumo de gas, que antes formaban un porcentaje bajo a cubrir, representan un punto rojo en cualquier emprendimiento comercial.
La suba de la materia prima, la misma que un consumir ve al pararse enfrente de una góndola de supermercado y la imposibilidad de subir los precios de la carta en busca de no desalentar un consumo ya caído por una crisis que ataca desde todos los frentes, nos puso como a tantos otros en dificultades financieras y económicas.
Vemos como muchas empresas gigantes, suspenden y despiden empleados para cerrar sus números. Vemos como miles y miles de argentinos pagan con sus puestos de trabajo, los ajustes que hacen las empresas. Y NO ES NUESTRO CASO
Lo habitual en todo negocio en crisis es el recorte en RRHH. Pero quienes trabajan en comercios y empresas familiares donde hay una relación estrecha entre dueños y empleados saben que esto no es una tarea fácil. Y menos si la relación tiene casi 25 años de historia.
Triferto siempre estuvo atada a la historia de nuestra ciudad. Nace con los conceptos que forman los pilares de la gastronomía de Santa Fe. Sus locales se movieron acompañando siempre el crecimiento de Santa Fe.
En 1994 iluminó la entonces apagada recoleta santafesina, llegando a tener 3 locales en esas pocas manzanas. Presentes en 2 de 3 shopping que abrieron en Santa Fe. El fuerte acompañamiento a la costanera llevándola a su máximo esplendor.
Y cuando la empresa cumplía 10 años, decidió acompañar una hermosa actividad social, la de trabajar en darle más vida a la hoy cerrada Granja La Esmeralda. Y poco tiempo después no dejar que muera un icono de los santafesinos, levantar la quiebra de Merengo, junto a sus empleados, dueños y socios y hoy seguir viendo los turistas llevarse el delicioso recuerdo de nuestra ciudad.
Pero hay más, en un mismo año no con uno, sino dos locales apoyando la recuperada Estación Belgrano, hoy icono del desarrollo de nuestra ciudad.
Cada espacio que desarrolló la ciudad contó siempre con la presencia de esta empresa familiar.
La gran mayoría de los santafesinos recuerda alguna vez ir a ¨Trifertito¨ en busca de un amor o una risa con los amigos y amigas que seguro ahí estaban.
Un festejo en familiar en la parrilla de Costa Este. Los sándwiches de Mostaza. Buscar un lugar privilegiado en la vereda de San Martín y Santiago porque los lisos de ahí, son los más fresco de la ciudad. Y el pasar de los años como la vida misma marcó los cambios. Hizo pasar dueños, empleados que hoy no están. Algunos siguieron otros caminos otros avanzaron en sus propios emprendimientos y hoy son colegas.
Y a lo largo de esta historia de cometieron errores. Los del manual de la empresa familiar. Los que no se pueden evitar porque ser parte de una familia hace que cueste desprenderse de un ser querido. Porque un local es un hijo de la ciudad que no queremos que se vaya.
Que levante la mano quien no está o estuvo en crisis. Quien no conoce a alguien que no lo esté. Pero, sobre todo, levantemos las manos los que queremos seguir trabajando.
Las preocupaciones son las mismas de todos. Un puesto de trabajo que se pierde. Una familia que hace 25 años recibe el sueldo de vender pizzas y picadas que tendrá que adaptarse una vez más.
Estará en las manos de todos, los más jóvenes de esta familia, los empleados, los de 25 años de antigüedad y los de 1 año vividos en esta pasión, proveedores incansables, los nuevos gastronómicos que marcan tendencia en la ciudad, seguir poniendo una sonrisa al bajar una ronda de lisos a una mesa de amigos o agregar las sillas que hacen falta en la vereda para esa familia que sumó un integrante más.
No estamos estafando a nadie, no estamos ocultando nada, no somos prestanombres de nadie, no somos evasores por eso debemos porque declaramos nuestros impuestos , no merecemos las descalificaciones de algunos opinan irresponsablemente y después de acuerdo a las comodidades del momento, cambian como veletas si hacerse responsables de las consecuencias de sus difamaciones .
Estamos reestructurarando la empresa familiar. Claro que sí. Y en esta reestructuración, con la colaboración de todos nuestros empleados, con la participación del Gremio de Gastronómicosm, vamos a garantizar que no se pierda un solo puesto de trabajo. Si contamos con la comprensión de los proveedores que son un eslabón fundamental de esta cadena , y que nos acompañaron durante 25 años. Si somos capaces de comprender las necesidades de la época y las circunstancias. Acá estamos, nos conocemos. La vamos a seguir peleando. Se suma el que quiera ponerse el delantal una tardecita santafesina.
La crisis es grande. Pero no tan grande como nuestro empeño y nuestro compromiso por seguir adelante. Con los de siempre, como siempre. Porque somos los mismos de siempre. Y estamos en las calles de la ciudad, dando la cara. Todos los dias. Desde hace 25 años. Sabemos que contamos con todos”.