Organizaciones sociales denunciaron ayer un atraso en los programas de asistencia alimentaria del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Se trata de las cajas de leche en polvo y alimentos secos a granel que reciben para distribuir entre las familias más vulnerables que asisten a los comedores comunitarios abiertos en unos 70 barrios de la periferia de la ciudad, empujados a la pobreza por la inflación y la pérdida de empleo. Militantes de la Corriente Clasista y Combativa (CCC) llevaron este reclamo a la delegación de la cartera nacional, pero encontraron las persianas bajas y cerradas con candado.
“Esta situación no da para más”, se quejaba a media mañana una mujer con la vista clavada en las oficinas de España al 500. Fue a reclamar por el atraso en las partidas de cajas de leche y alimentos secos que hasta hace unos meses recibía mensualmente, pero que a partir de abril se empezaron a demorar.
Según contó, al poco tiempo que sus compañeros empezaron a llegar a la puerta de la oficina pública, los empleados salieron del edificio, bajaron la persiana y cerraron la puerta con candado. “Dijeron que se había caído el sistema”, explicó la mujer.
Según ratificaron los vecinos a LaCapital, la dependencia permaneció cerrada durante toda la mañana.
Según denunció el referente de la CCC, Eduardo Delmonte, Nación adeuda tres meses de las provisiones con las que se abastecen los comedores o se reparten entre las familias que pertenecen a la organización.
Es mercadería que forma parte de los programas de asistencia alimentaria acordados en el marco de la ley de emergencia social. Son unas dos mil cajas de leche que cada mes se reparten entre familias con niños, “pero la última partida llegó en abril”, advirtió Delmonte.
Lo mismo sucede con los alimentos con los que arman unos 6 mil bolsones, Se trata de fideos, arroz puré de tomate, aceite, algún dulce, polenta, lentejas y azúcar que recibieron por última vez en junio.
“Existe mucha preocupación en los barrios, porque la inflación y el crecimiento del precio de los alimentos castiga duramente a las familias con menos ingresos”, dijo el líder de la CCC y explicó que “de tener presencia en 35 barrios, pasamos a trabajar en unos 70 lugares donde la gente nos utiliza como una herramienta para reclamar por lo suyo, porque individualmente no encuentran respuesta. Estamos completamente desbordados”, admitió.
Los últimos números del Indec, no lo desmienten. De acuerdo al organismo nacional, Rosario es una de las tres ciudades en las que más creció la pobreza en el último año. El informe del segundo semestre del año pasado advirtió que en el Gran Rosario, la pobreza alcanzó al 31,8 por ciento de la población a fines de 2018; dos décimas menos que la media nacional pero 12 puntos más que el indicador que exhibía la región sobre el final de 2017, cuando la población bajo la línea de pobreza fue el 19,8 por ciento.
El dirigente recordó que hace tres meses, junto al arzobispo de Rosario Eduardo Martín y las organizaciones que participan de la Mesa de Encuentro por la Emergencia Social, le solicitaron una audiencia a la ministra de Desarrollo Social de la Nación, Carolina Stanley.
La carta con el pedido de audiencia a la ministra está firmada el 21 de abril pasado. El arzobispo remarca que la audiencia se sustenta en “la necesidad de una «cultura del encuentro» tal como nos la reclama la realidad social”, y queda a la espera “de una respuesta favorable”.
Sin embargo, las autoridades nacionales aún no respondieron la misiva.