En lo que constituye su presentación más importante de los últimos años, Charly se dio el gusto de repasar La Torre de Tesla y convocar a viejos compañeros de ruta de Sui Generis y Serú Girán como Nito Mestre y Pedro Aznar, en una noche de clásicos.
Si alquien se pregunta cómo llenar un Estadio Luna Park en dos horas, la respuesta es sencilla: hay que programar allí a Charly García. Demostrando un fenómeno de vigencia inustido pese a estar lejos de su mejor momento, Charly sigue siendo una leyenda viva del rock nacional, y ayer volvió a demostrar que todavía tiene mucho para dar y que puede vender un Luna en pocos minutos.
En el show de ayer las sorpresas empezaron de entrada: el bicolor abrió el show, sentado en un sillón de respaldo alto desde el que últimamente toca sus teclados, con que un clásico de Suí Géneris, Instituciones, acompañado ni mas ni menos que por Nito Mestre, su viejo compañero del recordado dúo, que precisamente se despidió en el Luna Park. “Nito Mestre“, dijo escuetamente Charly para darle entrada a su amigo.
Al rato, en una versión muy hipnótica de Parte de la Religión, ya se metió al público en el bolsillo, conformando de movida a una audiencia que mezclaba al menos cuatro generaciones. Luego, demostrado que en su música el ayer y el hoy conviven en perfecta armonía, se coló entre sus temas una sucesión de clásicos y temas nuevos.
La puesta mostró un escenario despejado, con La Torre de Tesla (nombre de su último disco) de fondo, con ocasionales destellos como de rayos que eran convocados por la gran antena. Torre que tembló cuando García entonó “Cerca de la Revolución” con un estadio que se venía abajo. La nota la dio la gente cantando el cantito de insulto a Macri que suele escucharse en los estadios de fútbol, momento que el músico dejó prolongar unos minutos. Hasta que finalmente respondió tocando “No llores por mí Argentina“, acompañado por Pedro Aznar, que apareció de repente en el escenario. “No es invitado… si nunca se fue“, dijo Charly, parafraseando a Troilo.
Antes del cierre, Nito Mestre volvió al escenario del Luna Park para acompañar a Charly García en “El día que apagaron la luz“.
Para el final de la noche, con los últimos acordes de Total Interferencia sonando y el telón cerrado, su voz inconfundible dijo “gracias, chicos/chicas. Viva la música”
De este modo, Charly García cerró su presentasción mas importante en los últimos años, mostrando quie cuando la música es buena y el colchón afectivo de su gente sigue tan firme, cualquier imperfección se perdona ante la grandeza de una figura que es historia y presente del rock nacional. Habrá que esperar a ver que nuevos desafíos se propone llevar adelante García de cara al futuro.