Desde el 28 de junio que el río Paraná, a excepción de los primeros días de agosto, se muestra a la baja. Ese día midió en el puerto local 4,81 metros. Luego de 60 días, la baja que registra el río es de 2,67 metros, ya que este martes al mediodía Prefectura midió 2,14 metros.
Todo obedece a la falta de lluvias en la cuenca de aporte, fundamentalmente en zonas de Brasil y Paraguay, lugar en donde las precipitaciones tienen una incidencia importante sobre el río.
El Instituto Nacional del Agua publicó los pronósticos del Paraná. El organismo habla de que la tendencia a la baja se va a mantener y estima una altura para el 3 de septiembre de 2,06 metros y proyecta 1,87 metros para el 10 de septiembre.
El ingeniero Jorge Collins, del INA, señaló que se “espera que para mediados de septiembre, octubre empecemos a tener un repunte en los niveles”.
“Esto será hasta que empiece el período de lluvias en septiembre y octubre, en la cuenca de aporte. Ahí vamos a ver de vuelta el río creciendo”, añadió. Si bien no se han producido lluvias hasta ahora, Collins dijo que se pronostica para el trimestre septiembre, octubre y noviembre lluvias que podrían estar por encima de lo normal
“Lo que esta pasando en este momento en el Río Paraná es un proceso de estiaje; es decir, las aguas bajas del río en un momento del año. Se ha producido una crecida no hace mucho, un repunte de las aguas en febrero, luego otro repunte en junio y ahora estamos en un proceso de estiaje”, manifestó.
“Actualmente se encuentra en 2.18 metros (medianoche del lunes) y probablemente va a estar oscilando alrededor de los dos metros, un poco mas o menos en función de las lluvias que se produzcan”, subrayó.
Recordó que el año pasado “tuvimos 1,78 metros de altura en septiembre, octubre” e insistió en que se deben esperar las lluvias para ver un ascenso de los niveles. Por lo pronto, las lluvias se están demorando y no se alcanza a visualizar de forma tal que generar una incidencia importante en el aumento de los niveles”
Consultado sobre si la bajante podría ser mayor a la de hace un año atrás, comentó: “Es difícil en este momento. Es una cuenca que está regulada, sobre todo en cuenta que proviene de Brasil. Una altura menor a 1,78 puede darse, se ha dado, pero estimo que puede estar en el orden de esos niveles”.
A pesar de lo que muchos puedan pensar, las bajantes traen problemas; diferentes a los que pueden generar las crecidas: “Si tengo niveles muy bajos en los ríos, tengo problemas en la navegación, en las tomas de agua, aumentan las temperaturas con muerte de peces. Hay una serie de elementos que complican la situación”, explicó el profesional.