Brasil batió este año los registros de incendios en su selva amazónica. Entre enero y lo que va de agosto ha habido 72.843 focos detectados por el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE), que los recuenta por vía satelital. Es la cifra más alta desde que en 2013 comenzaron a divulgarse estos datos.
Ante esta situación, la gobernación de Amazonas declaró el estado de “emergencia”. “La medida tiene por objetivo contener los incendios que degradan la floresta, nuestro activo más importante”, afirmó el gobernador Carlos Almeida Filho.
El Gobierno contabilizó 1.699 focos de incendio en el primer semestre del año, con un “preocupante” incremento en zonas relativamente próximas a la capital, Manaos.
El municipio más afectado es el de Apuí, a 453 km de Manaos, con 673 incendios, lo que incluye quema ilegal y otros focos surgidos naturalmente en época de sequía en la región amazónica, de 4,5 millones de km2 de extensión.
La Secretaría de Medio Ambiente estatal informó de un aumento “exponencial” de los incendios en el mes pasado de julio.
Por su parte, el presidente Jair Bolsonaro volvió a respaldar este jueves a su ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, y rechazó las críticas a su política ambientalista.
La semana pasada el mandatario destituyó al director del Inpe por difundir los datos de la deforestación en todo Brasil, que aumentó el 278% en julio y un 88% en junio.
Entre tanto el gobernador en ejercicio de Amazonas, Almeida Filho, informó que el decreto de “emergencia” se prorrogará por seis meses y que descartó solicitar apoyo federal para enfrentar los incendios.