La Ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, había solicitado en la previa del partido entre Boca y Liga de Quito que se aplicara el derecho de admisión a los barras que viajaban a la ciudad ecuatoriana. Y la par de la funcionara argentina, María Paula Romo, se encargó de que se cumpliera con el pedido. ¿El resultado? Cuatro de los diez señalados, entre los que se encontraba Mauro Martín, intentaron ingresar al Estadio Casa Blanca y no tuvieron éxito. Pero ante ese accionar, hubo una respuesta contundente en Buenos Aires: los alrededores de La Bombonera aparecieron con pintadas y pasacalles repudiando lo sucedido.
“Basta de perseguir a los hinchas de Boca”, reza una de las frases escritas durante la noche del jueves. Otra, con la firma de La Doce, dice: “¿Por qué las leyes para Boca nada más”. También colgaron un mensaje sobre la calle Brandsen que habla de persecución política.
Además del mencionado Martín, uno de los líderes de la barra xeneize, también fueron demorados hasta el final del encuentro Fernando Alfredo Gatica, Carlos Sebastián Maciel y Mariano Natalio Mantarro. La suerte para Rafa Di Zeo, Diego Marcelo Rodríguez, Francisco Martín Pérez, Carlos Angel Mazzaro, Ernesto Ariel Rossi y Roberto Joaquín Ibáñez, según informó la policía, fue distinta porque volvieron al hotel después de darse cuenta que fueron reconocidos poco antes de ingresar a la cancha.
Vale destacar que la Conmebol había informado que nada tenía que ver con los operativos de seguridad de los encuentros de la Libertadores. A su vez, sí aseguró que tendrían que intervenir en el caso de las finales únicas que se vienen en cancha neutral.