En una de las frecuentes crecidas del Paraná, la casa se soltó de su amarra y navegó por la braveza de la corriente por el Canal de Derivación Norte hasta la altura de los elevadores de granos del Puerto, donde fue rescatada por la Prefectura, que la trasladó a remolque hasta el Dique II, donde permanecía amarrada (a la altura del Molino Marconetti).

A partir de ese momento, tanto desde Prefectura como del Ente Administrador del Puerto de Santa Fe (EAPSF) se solicitó al titular de la casa-embarcación que la retire de ahí porque la flotabilidad no era segura e implicaba un riesgo (además, aparentemente no había una habilitación o permiso para el amarre).

Asimismo, desde el EAPSF admitieron que desde comienzos de este año se intensificaron los pedidos para que la unidad sea retirada por las altas posibilidades de naufragio, hubo conversaciones frecuentes con el propietario, pero la situación no se modificó.

Finalmente, la casa flotante encalló, quedó virada y luego se hundió.

Ante esta situación “el EAPSF tomó las medidas de seguridad pertinentes con boyarines y luces, y se informó a los usuarios. Se trata de un artefacto encallado, y dependiendo de las disposiciones de Prefectura, veremos cómo se retira”, operación que, reconocieron, “será muy costosa”.