Marieme y Ndeje comparten el hígado, la vejiga y el sistema digestivo y parte del sistema circulatorio, que tienen entrelazado. Esta situación hace que por el momento no puedan ser separadas, según el último informe médico de Cardiff.
Las siamesas tienen 3 años, nacieron en Senegal y fueron trasladadas al Reino Unido a los pocos meses para recibir una atención médica adecuada.
Tras el último informe, los padres de las niñas debían optar entre separarlas, lo que provocaría la muerte de Mariame, o permitir que sigan unidas, poniendo en peligro la vida de ambas.
La decisión de Ibrahima Ndiaye fue la de no separar a sus hijas, después de que médicos evaluaran que la supervivencia de una de ellas era imposible.
“Sé que habrá un momento en que tendrán que irse. Pero en este punto están luchando y también me están dando una razón para vivir. Son mi inspiración, se lo doy todo. Nunca las dejaré caminar solas”, destacó.