“Me agarró fuertemente la cola; estaba totalmente alcoholizado”, relató el joven.
Un cura chileno fue denunciado por abusar a un alumno en una escuela parroquial del barrio porteño de Liniers. Según el relato de la víctima, el sacerdote Nelson Pérez Jerez lo manoseó delante de sus compañeros mientras preparaban empanadas para una actividad solidaria.Desde la escuela aseguraron que desplazaron al párroco, que cuenta con graves antecedentes en su país.
Todo ocurrió en la parroquia Tránsito de San José, del barrio de Liniers. La víctima, un adolescente que es alumno del Instituto San José, relató que Pérez Jerez le manoseó la cola en completo estado de ebriedad y delante de sus compañeros. En un comunicado difundido en las últimas horas, la escuela dijo que el cura había sido desplazado “hasta que el tema sea debidamente aclarado”.
Si bien la víctima, Tiago, primero minimizó la situación, fueron sus compañeros quienes lo impulsaron a hablar tanto con su familia como con las autoridades de la institución. Luego, acompañado por sus padres, el estudiante presentó la denuncia ante la Fiscalía N° 1 de la Capital Federal, y el caso será investigado por el Juzgado N° 63.
Según contó el propio joven, los directivos de la escuela primero “intentaron solucionar el tema o evitarlo para que no pasara a mayores”. “Trataron de que Nelson me pidiera perdón, quisieron que todo esto pasara como un malentendido”, reveló.
El episodio ocurrió en julio, aunque salió a la luz en las últimas horas, luego de que en las rede sociales comenzaran a circular imágenes de Pérez Jerez acusado de abuso sexual. Según Tiago, el cura chileno mantenía contacto con él desde que cursaba el cuarto año de la secundaria, que es cuando ingresó al grupo misionero del colegio San José de Liniers. El cura era el “coordinador” del grupo, por lo que debían rendirle cuentas de actividades y mantenían contacto telefónico.
De acuerdo con el relato, el intercambio de mensajes por WhatsApp comenzó ser cada vez más recurrente y con contenido íntimo. “Durante el año recibí mensajes que decían ‘te quiero’, ‘te aprecio muchísimo’, hasta el punto de que me dijo ‘te amo’. Lo sentí fuera de lugar, e intenté dejar de conversar”, relató el joven.
El sábado 13 de julio, según contó la víctima, se encontraba en la parroquia cocinando empandadas para una serie de actividades solidarias con un grupo de compañeros cuando Pérez Jerez bajó de su habitación en estado de ebriedad. “Estaba en un estado alcohólico bastante intenso y comenzó a hacer chistes a los chicos del grupo, tres eran chicas mayores, un chico mayor, seis menores y yo. A las chicas les dijo en ‘broma’ que iban al Grupo Misionero para estar conmigo y verme porque soy un pibe lindo. Después toqueteaba a los chicos en el pelo y los hombres y constantemente se acercaba a mí y me hablaba. Yo lo sacaba”.
“Luego comenzamos a pedirle que se fuera a dormir, todos estábamos incómodos. Riéndose se acercó y me agarró fuertemente el culo. Mis compañeros del grupo lo vieron y se acercaron, pero en el medio de esa situación, volvió a pasar y me agarró nuevamente el culo. Yo estaba muy nervioso y me quería ir, porque me sentía muy mal, pero no podía”.
EL PRONTUARIO DE PÉREZ JEREZ
En Chile, Pérez Jerez también cuenta con acusaciones por abuso sexual, maltratos e irregularidades vinculadas a actas de defunción de menores en el hogar San Ricardo, de Santiago de Chile, que pertenece a la obra Don Guanella, en el país vecino. El sacerdote fue director entre 1993 y 2013 de la institución que trabajaba con chicos y adultos con discapacidad intelectual y física severas. Cuando las acusaciones comenzaron a multiplicarse, fue trasladado a Buenos Aires.