La familia de Fabián Medina, de 52 años, estaba acostumbrada a su violencia. El vendedor ambulante solía llegar a su casa, en la ciudad de Tucumán, alcoholizado y los golpeaba con frecuencia. Pero la situación empeoró. Una de sus hijas adolescentes lo mató de un botellazo cuando vio que le estaba pegando a su hermano menor. El hombre murió desangrado.
La policía local detalló que el brutal episodio ocurrió en una precaria casa ubicada en la calle Venezuela al 700. Según reconstruyeron los investigadores, todo empezó cuando el agresor comenzó a perseguir a su hijo más chico con una piedra.
Desesperada, otra de sus hijas, de 14 años, quiso defender a su hermano y rompió una botella de vidrio para intervenir. En un forcejeo con su padre, en la vereda de su casa, la chica lo golpeó varias veces.
Medina, que intentó cubrirse la cara, se cortó los brazos y quedó ensangrentado en la calle. La adolescente se escapó del lugar y se refugió en la casa de una amiga, que vive cerca.
A pesar de que el hombre fue trasladado al Hospital Avellaneda, murió pocas horas después de la pelea. Los oficiales de la comisaría 5ta. demoraron a su hija y aclararon que el caso quedará en manos del Juzgado de Menores de turno.
“Nosotros nos acostumbramos a esta situación. Escuchamos todo y pensamos que era una pelea más de las que siempre”, contó una vecina al diario La Gaceta. “La hija de 14 años era muy introvertida y la que menos se enfrentaba con su padre. Nos sorprendió su manera de manifestar la bronca que acumulaba. Esos chicos estaban cansados”, agregó la mujer.