Radiografías de tórax en personas sanas, ergometrías en pacientes asintomáticos y ecografías transvaginales o de tiroides son algunos de ellos. Expertos confirman que es habitual el “sobrediagnóstico” y el “sobretratamiento”
Radiografías de tórax en personas sanas, ergometrías en pacientes asintomáticos y ecografías transvaginales o de tiroides son algunos de los 400 estudios médicos que “ya no deberían usarse”, según confiaron especialistas investigadores, en un reporte que también advirtió que la medicación es lo que más indican los profesionales de la salud, aunque en algunos casos no sea necesario.
En el estudio, recientemente revelado en la prestigiosa revista científica eLife, que evaluó unos 3.000 artículos de otras tres publicaciones (JAMA, The Lancet y The New England Journal ofMedicine), quedó demostrado que esas prácticas “no están avaladas por suficiente evidencia” y señalaron entre las categorías más cuestionadas a las intervenciones en enfermedades cardiovasculares.
“El problema surge de las recomendaciones de sociedades médicas u organismos internacionales, que favorecen que los profesionales adopten las prácticas. Otras veces hay interés por usar métodos que parecen innovadores o los pacientes piden estudios que no son necesarios para chequear su estado de salud”, explicó el médico clínico CarlosGonzález Malla.
Autocrítica
El profesional, también miembro de la Fundación Cardiológica Argentina (FCA), opinó que el“sobrediagnóstico” y “sobretratamiento” es algo que ocurre “muy frecuentemente” porque los médicos “somos inconscientes del riesgo que eso genera”.
“Hacer un estudio innecesario no logra el objetivo de prevenir una enfermedad y además trae riesgos, como el de falsos positivos o que se encuentre algo como un nódulo, que jamás traería consecuencias al paciente y sin embargo lo obliga a embarcarse en un montón de análisis más”, detalló el especialista.
González Malla comentó que “hay mucha presión social y la gente a veces se sienta y te pide que le hagas tal o cual estudio porque lo buscó en Google o se lo hicieron a un conocido y le dijeron que ayuda a prevenir el cáncer”, pero expresó: “La realidad es que hay muy pocas enfermedades que se pueden prevenir. Podés resonarte todo el cuerpo, que los resultados den normales y al mes venir con una leucemia”.
En el caso de un cáncer, el médico aclaró que “los únicos tipos que la medicina puede prevenir son el de colon y el de cuello de útero”, mientras añadió: “Hay instituciones que recomiendan chequeos completos en un día o cosas por el estilo, un producto que se vende y que siempre encuentra algo. Pero no sabemos quién está ganando plata con eso”, cuestionó.
Innecesarios
Según la investigación publicada en eLife, el 92% de los estudios “innecesarios” se realizó “en poblaciones de países de altos ingresos”. Al indagar en las categorías más cuestionadas, los primeros puestos quedaron para la enfermedad cardiovascular, la salud pública/medicina preventiva y los cuidados intensivos. En paralelo, el trabajo mostró que la medicación es el tipo de intervención más común, es decir, lo que más frecuentemente se indica aunque no sea necesario.
“La ergometría no previene el infarto o la muerte súbita, así como una radiografía de pulmón no previene el cáncer de pulmón. Lo mismo pasa con estudios como las radiografías de tórax: si detectás algo con eso, ya es tarde”, retomó González Malla y aseguró que “siempre que se trate de personas sanas y sin antecedentes familiares o enfermedades de base, lo único que se puede hacer es llevar una buena vida, saludable”.
Por su parte, el presidente de la FCA, Jorge Tartaglione, hizo hincapié en el rol de los médicos y la individualización de la gente al afirmar: “Resulta crucial que, más allá de las guías elaboradas por las diferentes sociedades científicas, los médicos evaluemos las características particulares de cada paciente a fin de elegir la alternativa más adecuada”.