Con Luis Scola y Facundo Campazzo imparables, la Albiceleste defendió a muerte y derrotó 80 a 66 al seleccionado Galo que nunca pudo encontrar espacios.
Argentina es, por tercera vez en su historia, finalista de un Mundial de básquet. Esta es la primea final tras 17 años, luego de Indianápolis 2002 con la Generación Dorada. La Albiceleste derrotó 80-66 a Francia y este domingo enfrentará a España en el partido definitorio. Luis Scola y Facundo Campazzo fueron los motores del equipo.
El seleccionado dirigido por Sergio “Oveja” Hernández se apegó al plan inicial y defendió con uñas y dientes, tanto que a un equipo plagado de jugadores NBA les llevó tres cuartos, es decir, 75% del partido alcanzar los 50 puntos.
Luis Scola, como en los anteriores partidos, mostró el camino al resto de sus compañeros y lideró al seleccionado nacional. Vincent Collet, DT de Francia, no encontró respuestas para frenar a un “Luifa” inspirado y jugando como si tuviese 20 años, cuando en realidad tiene 39.
Hernández, cambio, halló en el banco de los relevos las soluciones a cada obstáculo que le planteó el seleccionado europeo. Los sustitutos ingresaban y eran productivos en la misma medida que el que abandonaba el campo.