Mauricio Macri dará este sábado el primer paso formal de la campaña con la que, tras la dura derrota en las primarias, tratará de forzar a un balotaje y mantener viva su aspiración de ser reelecto.
Aún cuando faltan definir varios detalles en torno a cómo será la marcha del “Sí se puede” que comenzará en Barrancas de Belgrano y contemplará visitas a treinta ciudades, en el oficialismo ya quedan en evidencia cambios drásticos respecto a la ruta recorrida rumbo a las PASO: el principal tiene que ver con Jaime Durán Barba, asesor estrella del Presidente hasta el 11A, pero que ahora parece haber caído en desgracia y ya no tiene la influencia de otros tiempos.
Lejos del rol de liderazgo de otros tiempos, el consultor viajó la semana pasada a Ecuador y todavía no tiene fecha de regreso a la Argentina. Coinciden, sus -ahora menos- defensores y detractores, que su participación en la planificación de la estrategia y en el discurso de campaña fue secundaria.
Así y todo, el gurú que guió a Macri a la Presidencia, pasó por la Quinta de Olivos antes de irse a su país junto a uno de sus colaboradores, el sociólogo Roberto Zapata, para presentar los focus group que el español había realizado a pedido del jefe de Gabinete, Marcos Peña. Y también pasó por Casa Rosada, donde analizó los números de la última encuesta de Isonomía.
“Jaime siempre estuvo sobredimensionado por el periodismo. En las buenas, se le adjudicaron todos los logros; en las malas, se dice que está afuera. No fue tan así antes ni es tan así ahora”, explica una fuente del Gobierno que se anota entre sus defensores.
Con Elisa Carrió al frente, en la Mesa de Acción Política que creó el jefe de Estado le sobran detractores. En definitiva, el rol preponderante de sus integrantes le terminó de quitar espacio.
Lo cierto es que con el Presidente no mantuvo contacto en los últimos tiempos. El vínculo venía desgastado y se terminó de agrietar con el resultado de las PASO.
“Mauricio cree que le mintió, no se lo perdona”, cuenta una fuente inobjetable de Casa Rosada. La referencia tiene que ver a aquella consulta que el jefe de Estado le hizo al ecuatoriano, antes de vaticinarle a un empresario un resultado favorable para las PASO, que hizo subir las acciones argentinas en la última jornada previa a la elección.
Para Durán Barba, la Provincia de Buenos Aires ya había dejado de ser un terreno amigable desde hace mucho: cuando se agravó la crisis económica, en abril de 2018, la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal y su jefe de Gabinete, Federico Salvai, comenzaron a disentir con su diagnóstico, insistieron en reclamar acuerdos con la oposición, algo que el ecuatoriano siempre rechazó (hasta su columna del fin semana pasado en Perfil), y optaron por hacer su propia planificación. Una curiosidad: inicialmente fue el Gobierno bonaerense el único que contrataba sus servicios en forma oficial.
La Ciudad de Buenos Aires, en tanto, es el único territorio en el que Durán Barba mantiene su vínculo. El jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, siempre valoró la rigurosidad de sus trabajos de análisis, pero tampoco les dio demasiado vuelo a sus ideas.
Desde esa perspectiva, la derrota no afectó sus acciones: el jefe de campaña en la Ciudad, el ministro de Ambiente y Espacio Público, Eduardo Macchiavelli, es quien recibe los estudios que hace el equipo del ecuatoriano. “La Ciudad es el único nicho que le queda a Jaime y es el único que le interesa: es donde tiene más chances de ganar”, sonríe uno de sus críticos.
Aunque no todos los consejos del ecuatoriano fueron desestimados: este miércoles, el oficialismo retomó los timbreos. Por el momento, se decidió no oficializarlo ni se anunció a nivel nacional, sólo se trató de un grupo reducido de funcionarios de Jefatura de Gabinete y de otras reparticiones que salieron a recorrer las calles de Ituzaingó.
El objetivo fue tener previamente un feedback de la gente, ya que con la crisis se habían discontinuado. Hubo sorpresa: dicen que la recepción fue mejor de lo previsto.