El Presupuesto prevé recortes en subsidios, transferencias y obras públicas.
Algunos de los datos más llamativos surgieron del cálculo publicado en el cuadro Ingresos y gastos de la administración nacional. Ahí se observó en primer lugar que el resultado primario estimado por Hacienda para el 2019 es un déficit de apenas 0,5% del PBI, tal como el que permitía el acuerdo con el FMI y sus ajustadores.
Desde los privados hay discrepancias: la consultora Elypsis prevé un rojo primario de 1% este año. El grueso de los analistas, de hecho, proyecta que habrá incumplimiento de un acuerdo con el Fondo que, de todas formas, está en renegociación.
En segundo lugar se vio que para el 2020 Hacienda proyecta un superávit de $250.939 millones. Es decir un ahorro de $374.414 millones, si se lo compara con el rojo de $123.475 millones previsto por el Gobierno para el 2019, muy discutido por las consultoras privadas. Lo extraordinario en este caso es que de esos $374.414 millones que se ahorran, el 82,6% será destinado al pago de intereses generados por la deuda externa contraída.
Y eso porque en 2020, a la par de ese recorte esperado de los gastos primarios, el pago de intereses crecerá 42,5%. Es decir: el año que viene se gastará un extra de $309.320 millones en partidas generadas por la política de endeudamiento externo.
Otros datos que llamaron la atención surgieron del cálculo del cuadro Gasto público por finalidad y función. Ahí se observó que mientras los servicios de la deuda pública totalizarán $1.047.263 millones, partidas como la de ciencia y técnica, recibirán apenas $66.936 millones. Es decir, apenas el 6,3%. Agua potable y alcantarillado, apenas $24.814 millones, sólo el 2,3%. Otras como educación y salud dependen mayoritariamente de las provincias. Pero, sumando a ambas, no llegan a la mitad de lo que se va por los gastos de la deuda.
Hacia adentro de los recortes para el año que viene se observa que los subsidios a la energía treparán apenas 5,2%, bien por debajo de la inflación de 34,2% proyectada por el propio Gobierno para el 2020 (el REM del BCRA prevé una de 39,3%). Las transferencias corrientes a las provincias subirán sólo 15,6% nominal.
Además, según el proyecto oficial el gasto en obra pública seguirá clavando el freno y crecerá apenas 22,8%. Hacia adentro de ese agregado se ven algunos parates mayores: las obras de energía directamente caerán 47,6% en términos nominales. Las destinadas a la educación subirán 8,4%, las de vivienda 4,4% y las de agua potable y alcantarillado 12,3%.
El economista jefe de Elypsis, Martín Kalos, señaló al respecto: “Es una reducción atroz en infraestructura. El Gobierno nacional reconoce que sigue reduciendo la inversión. El Gobierno se escuda en que lo compensan las provincias pero hay que señalar que el año pasado Nación cortó el Fondo Nacional Solidario, que salía del dinero de la soja, dejando las obras por la mitad. Puso en peligro todas esas obras y las provincias tuvieron que desfinanciar otros gastos para terminarlas. A futuro, con estas reducciones, hay que ver si las provincias podrán seguir financiando infraestructura”.
Por último, en las proyecciones macro Hacienda dijo esperar crecimiento de 1% para el 2020. El REM proyecta caída de 1,2%. Y es que el 2019 dejará un arrastre negativo tal que resulta impensado aspirar a crecer durante el año que viene.