El Indec mostró que en julio el sector moderó la caída pero la devaluación arruinó las expectativas.
El lunes, durante la celebración del Día de la industria, en la UIA, el ministro de Producción, Dante Sica, destacó que el sector venía recuperándose en la previa a las PASO. Lo escoltaba el presidente de la central fabril, Miguel Acevedo, que en ese momento reconoció al ministro por dar la cara incluso en medio de la crisis. Luego, en privado, Acevedo, que en la semana afirmó que la industria se encamina a una caída de 15% desde sus niveles del 2011, le dijo a Sica que tal cosa era insostenible. Que la muy incipiente mejora de julio se dio, en el mejor de los casos, de forma estadística y contra niveles bajísimos, en pleno escenario de destrucción manufacturera.
Hacia adelante la expectativa evidente es que la corrida cambiaria, el traspaso a precios que arrancó en agosto y hará pico en septiembre y la suba de la tasa de interés al 85% conspirarán para que el año termine en niveles muy malos. El octavo mes del año será un poco peor, septiembre continuará a la baja y el último trimestre no tendrá buenas noticias a pesar de la baja base de comparación.
El caso de septiembre es ilustrativo: el día que salga publicado el dato oficial del Indec, los títulos de los diarios no contendrán un número negativo de dos cifras ya que la caída de septiembre del 2018 contra el mismo mes del 2017 fue de 12,6%. La gravedad residirá en que, incluso comparando contra esa base tan baja, se volverá a registrar una contracción.
El director del Centro de Estudios de la UIA, Pablo Dragún, dijo: “El número de julio ya quedó demodé. Ahora se descalibró todo. Algunos procesos productivos siguen pero el problema es que los empresarios no saben cuál es su rentabilidad. Desconocen el valor de recomposición de insumos y demás. Antes de agosto esperábamos una tenue recuperación pero ahora se hace difícil prever algo así. La devaluación pega en el consumo y la falta de financiamiento del capital de trabajo es grave. No se puede planificar con este contexto macro”.
Coincidieron desde ACM: “En el mejor de los casos se estaba avizorando un piso. A partir de abril del 2018, la fuerte devaluación, la suba de las tasas de interés, y la caída del consumo fueron un combo que llevaron a contraer la producción manufacturera 8,4% en lo que va del año. Los relativos buenos datos del mes de julio parecen haberse marchitado ese mismo mes. El desenlace de las elecciones PASO parece haberle quitado cualquier impulso”.
La economista de LCG, Julia Segoviano, destacó que la desaceleración de la inflación en julio, el Ahora 12 y cierta baja en la tasa ayudaron pero hacia adelante previó que “agosto y septiembre volverán a mostrar aceleración inflacionaria, que seguirá erosionando el poder adquisitivo, retardando la recuperación”.