La mayor magnitud del acopio por parte de los agroexportadores a la espera de una mayor devaluación se evidencia en que la caída de la liquidación se da incluso luego de una cosecha mucho mayor con respecto a años anteriores.
En los primeros ocho meses del año, la liquidación de agrodólares fue la menor de los últimos tres años. Así lo confirman los datos que dio a conocer la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), entidades que representan el 41% de las exportaciones argentinas. El dato resulta relevante en momentos donde el dólar sufre presiones alcistas en el mercado cambiario y el Gobierno dispuso en las últimas horas que el pago de los reintegros a la exportación estará sujeto a que las empresas “hayan previamente ingresado al país y/o negociado en el mercado de cambios las correspondientes divisas”.
Según consignó Julián Guarino en ámbito.com “durante agosto las empresas de la agroindustria liquidaron u$s 2.266 millones, mientras que el monto ingresado desde comienzos de año asciende a u$s 15.238 millones. Esto implica un acumulado que se ubica por debajo de los u$s 15.874 millones en el mismo período de 2018 e incluso por debajo de los u$s 15.383 millones de 2017. Si bien la cuestión podría considerarse como algo marginal, no resulta tanto cuando se analiza la producción del agro en la campaña 2018-2019. Los números se desprenden del Observatorio de Economía Política, del Centro Cultural de la Cooperación, en base a datos del CIARA-CEC”.
Analistas sostienen que el monto total de liquidación debería ser mayor, sobre todo por los volúmenes más importantes de la cosecha este año, que según proyecciones superaría los 147 millones de toneladas, es decir, 35 millones de toneladas más que en el ciclo previo, afectado por la sequía.
Por un lado, la producción estimada de soja se encuentra en torno a los 55,3 millones de toneladas. Eso representa un 46,6% por arriba de los 37,78 millones de la campaña anterior. En maíz, se estima que se llegará a 57 millones de toneladas, una suba del 31,2% con respecto a los 43,46 millones de toneladas de la campaña anterior. Trigo, girasol y maní también arrojan resultados positivos en la comparativa.
Otro dato importante a tener en cuenta es que en los últimos tres años, la liquidación total de cereales y oleaginosas, según la CEC, cayó desde u$s 23.962 millones (2016) a u$s 21.399 millones (2017) y u$s 20.219 millones en 2018.
Sobre las nuevas reglas del Banco Central, las entidades recordaron que “la mayor parte del ingreso de divisas en este sector se produce con bastante antelación a la exportación, anticipación que ronda los 30 días en el caso de la exportación de granos y alcanza hasta los 90 días en el caso de aceites y harinas proteicas”. Ciara-CEC aseguró que esa anticipación “depende también del momento de la campaña y del grano de que se trate, por lo que no existen retrasos en la liquidación de divisas”.
“Las liquidaciones de divisas de los próximos meses dependerán del flujo de ventas de granos, particularmente de soja, por parte de los productores. Para disponer de un flujo de ventas normal resulta necesaria la estabilidad del tipo de cambio”, indicó un comunicado de ambas entidades.
Como se dijo más arriba, el Gobierno dispuso que el pago de los reintegros a la exportación, estará sujeto a que las empresas “hayan previamente ingresado al país y/o negociado en el mercado de cambios las correspondientes divisas”. La decisión se tomó por medio de un decreto publicado este lunes en el Boletín Oficial. El cobro de exportaciones debe ser liquidado a los cinco días de ingresado el pago o 180 días después del permiso de embarque (15 días corridos en el caso de los commodities).
La Casa Rosada justificó esta medida al señalar que “los recientes acontecimientos económico-financieros desencadenados en el país, hicieron necesaria la adopción de diversas medidas transitorias para regular, entre otros aspectos, el régimen de cambios y el flujo de divisas provenientes del comercio exterior”.
Además, recordó que mediante el Decreto Nº 609/19 se estableció que, hasta el 31 de diciembre de 2019, el contravalor de la exportación de bienes y servicios deberá ingresarse al país en divisas y/o negociarse en el mercado de cambios en las condiciones y plazos que establezca el Banco Central.