Antonia Zafón y Oreste Eugenio Demartín son las dos personas fallecidas. Tenían 62 y 48 años respectivamente.
Ella tenía un disparo en la mano y otro en el pecho; él un solo tiro y al lado el arma de fuego. Ambos en el piso dentro de la vivienda ya deshabitada. Ella en la cocina y él en el comedor al lado de una escopeta. Sobre una mesa quedó una esquela a manera de mensaje.
Uno de sus hijos, Rodrigo, comentó que se preocupó porque sus padres demoraban el regreso a casa y fue hasta el campo que está a 7 kilómetros del pueblo de La Sarita, donde encontró a ambos fallecidos en un evidente hecho de sangre. Allí dejó mochila y casco, como se ve en la foto, y disparó en la moto al pueblo para comunicar el suceso. Era el comienzo de la noche del jueves 05 de septiembre de 2019 y la comunidad de La Sarita comenzaba a sacudirse con la novedad.
La primera hipótesis era que él la mató y luego se suicidó, pero el fiscal de turno, Juan Marichal, no confirmó nada de eso, quiere investigar más.
A las 20:30 fue Fernando Martín Zafón, 31, quien se presentó personalmente en la Comisaría del pueblo donde avisó que su hermano Rodrigo Demartín terminaba de avisarle que sus padres estaban muertos en la casa de campo. Eso activó el operativo policial y judicial. Enterado del caso hasta el presidente comunal se constituyó en el lugar. Más tarde llegó el fiscal y autoridades de la cúpula de la policía departamental, los expertos en escena del crimen y el médico policial.