Investigadores del Conicet advirtieron que la zona del lago Traful, en la provincia de Neuquén, podría ser escenario de un tsunami. Así lo hicieron saber en un texto que publicó la revista Journal South American Earth Sciences.
El grupo de geólogos detectó que, tras un monitoreo realizado desde 2011, percibieron que la ladera desplazada hacia el lago en 1940 se mueve de manera acelerada y hay riesgo de desmoronamiento, lo cual potencia la posibilidad de un tsunami. El bosque sumergido, uno de los atractivos de Villa Traful, pertenece a una parte de esa pared que se desplaza hacia el fondo del lago. Las consecuencias de un desmoronamiento podría ser muy graves, según los investigadores.
De acuerdo a Andrés Folguera, del área de Ciencias Geológicas de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, podría haber un tsunami por el impacto con el lago, con olas de decenas de metros de altura. El lago tiene una profundidad de hasta 300 metros. El estudio dice que el bloque desprendido tiene un kilómetro de largo por dos de ancho y eso generaría la fuerza suficiente para devastar Villa Traful.
En su estudio Folguera vio que durante 22 años hubo un hundimiento de ocho metros en los árboles de la zona, muchos de los cuales están por debajo del agua. Sostiene que se debe monitorear la zona para medir el desplazamiento y así poder evaluar una posible evacuación de Villa Traful en el marco de una hipótesis de tsunami lacustre.
El fenómeno es más común de lo que parece. Noruega sufrió uno en 1905, que arrasó con la ciudad de Geiranger; y otro en 1934, en el fiordo de Tajford. Más cerca en tiempo y espacio, el devastador terremoto de Chile ocurrido en mayo de 1960 afectó la zona de Bariloche, con un movimiento tan grande en el lago Nahuel Huapi, que murieron dos personas.
El Traful es uno de los lagos del Sur formado por el proceso de los glaciares hace miles de años. En su caso, se ubica en un valle de fractura, por lo cual el riesgo de una desestabilización es alto. No hay estimaciones respecto de cuándo podría suceder el tsunami, pero el riesgo está latente. Folguera precisó al diario La Nación que “en el peor de los escenarios posibles, el tsunami podría generar una ola que arrase con la población, inunde los ríos y desborde los diques que están sobre el río Limay”.
El investigador sostiene que el Estado cuenta con los instrumentos necesarios “para controlar el movimiento de las placas” y que “no es necesario evacuar Traful de un día para el otro”, aunque no descartó “un proceso catastrófico” y advirtió que “los antecedentes de actividad sísmica en el área podrían acelerar este proceso”.