El 20% es comprado en circuitos ilegales, como whatsapp, páginas de internet, venta callejera y en boliches, “lo que compone un cuadro que debe abordarse de forma urgente con políticas públicas relacionadas a salud”
El consumo descontrolado de psicofármacos se convirtió en un verdadero problema de salud en Argentina. Más aún con el marco de una crisis económica que viene haciendo estragos en la sociedad. Basta con citar los datos duros sobre los 2.580 millones de pastillas que se consumieron en el año 2012 y las 3.960 millones que será el número final de 2019. El clonazepan encabeza el ranking de estas drogas y ya son 9 los millones de argentinos que las toman, para calmar ansiedades, poder dormir, tratar de evitar depresiones o escapar de la realidad. Es alarmante también que el 20% es comprado en circuitos ilegales, como delivery por whatsapp, páginas de internet, venta callejera y en boliches.
Se trata de cifras que pertenecen a un estudio realizado por el Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos (SAFYB), al que Diario Popular tuvo acceso exclusivo, donde el foco está colocado en que “9 millones de argentinos consumen psicofármacos para tratar ansiedad, insomnio, nerviosismo o depresión, lo que compone un cuadro que debe abordarse de forma urgente con políticas públicas relacionadas a salud”.
El doctor Marcelo Peretta, titular de la organización farmaceútica, explicó que “del estudio se desprenden muchos datos preocupantes, y uno de ellos, más allá del impactante número de 9 millones de argentinos que consumen psicofármacos, es que el 7% del total de estas pastillas está completamente afuera del circuito comercial de laboratorios o farmacias, es decir que son truchos, fabricados de manera desconocida o bien vencidos y puestos de nuevo a disposición de la gente sin ningún escrúpulo por los laboratorios, ya que deberían destruirlos pero no lo hacen”.
La industria de los psicofármacos es tan potente que actualmente todos los estudios sobre venta de medicación marcan la notoria baja en las ventas generales, sin embargo cuando se aisla o se toma exclusivamente como objeto de estudio al clonazepam y similares, lo que surge es que año tras año no para aumentar la comercialización. “Los psicofármacos facturan 48.000 millones de pesos. El resto de los medicamentos cayeron un 14%, porque la gente no tiene dinero para comprarlos. esto es una realidad. Las personas tienen que elegir entre comer, pagar cuentas o comprar la medicación. No bajó la venta de medicamentos porque estamos más sanos. Al contrario. Lo que ocurre es que no hay dinero en la calle. Pero los psicofármacos suben y suben. Hay una necesidad de la sociedad de evadir lo que sucede. Es muy peligroso. Insisto, debería existir ya una política pública para abordar esta problemática”, señaló Peretta.