La primavera es una estación muy esperada, pero aquellos que sufren alergias no la suelen pasar bien; y las conjuntivitis alérgicas son una condición común cuando los ojos reaccionan a algo que les irrita como un alérgeno. Conocé qué recaudos tomar para evitar mayores problemas
La primavera es una estación llena de vida, luz y color y es esperada por muchos. Sin embargo, para otros es sinónimo de un cuadro molesto que se repite año tras año en desmedro de su calidad de vida.
A las personas alérgicas el estallido del polen de las plantas y las esporas de los hongos que se multiplican en esta estación del año le declaran la guerra a su superficie ocular. El incremento de actividades al aire libre permite que éstos entren en contacto con las mucosas de los ojos, nariz y pulmones.
“Las alergias de los ojos, llamadas conjuntivitis alérgicas, son una condición común que ocurre cuando los ojos reaccionan a algo que les irrita (alérgeno). Los ojos producen una sustancia llamada histamina para combatir el alérgeno. Como resultado, los párpados y la conjuntiva la membrana delgada que recubre el interior de los párpados y la parte blanca del ojo (esclerótica) se tornan rojizos e hinchados, y producen comezón, lagrimeo y ardor”, explica la Dra. Betty Giselle Arteaga (MN 112.049, MP 332.301) médica oftalmóloga, profesora del Departamento de Clínica Quirúrgica del Instituto Universitario.
Destaca además que “A diferencia de la conjuntivitis bacteriana o viral, la conjuntivitis alérgica no se transmite de persona a persona”.
Por lo general, las personas que sufren de alergias de los ojos también sufren de alergias nasales, las cuales son acompañadas de congestión nasal, comezón en la nariz y estornudos. Usualmente, es una condición temporal, asociada con las alergias estacionales.
“Sin embargo, en otros casos, las alergias de los ojos pueden desarrollarse por exposición a irritantes ambientales, tales como caspa de mascotas, el polvo, el humo, los perfumes, o inclusive alimentos. Si la exposición es continua, las alergias pueden ser más severas, produciendo ardor y comezón significativos e incluso sensibilidad a la luz”, manifestó la especialista.
Ante este panorama, ¿qué se puede hacer? La Dra. Arteaga brinda algunos consejos para tener en cuenta, siendo el control del entorno, uno de los aspectos clave.