El río Paraná presenta por estos días una bajante con niveles casi inéditos en los últimos años. Este fenómeno causa complicaciones importantes en la navegación comercial y deportiva, además del consiguiente impacto ambiental en las islas.
Sin embargo, la fabricación y distribución de agua potable no está en riesgo por el momento. Así lo manifestó el gerente de Comunicaciones de la empresa Aguas Santafesinas SA, Guillermo Lanfranco.
“La bajante que se registra en el río Paraná no afecta ni la calidad ni los caudales que potabilizamos y distribuimos a través de las redes a todo el sistema de Rosario y de las localidades vecinas”, explicó el funcionario.
Lanfranco sostuvo que “las alturas del río todavía están por encima del mínimo que se necesita para extraer el agua a través de las bombas”.
Lanfranco recordó que “en el 2009 hubo una bajante histórica, con menos de un metro de profundidad, no registramos dificultades en los proceso de potabilización. Hoy estamos con un un metro y medio. Lo que sí se exige es una mayor potencia de bombeo porque la altura actual de río hace un poco más difícil sacar el agua. Las bombas trabajan con otro régimen, pero no se registran problemas”.
El directivo de Aguas Santafesinas también remarcó que no está afectada la calidad del agua “porque el río sigue viniendo con las mismas condiciones de turbiedad sobre las cuales se trabaja. Tampoco hay problemas por esa cuestión”.
Lanfranco se animó a trazar un panorama sobre lo que vendrían en los próximos días: “Lo que dice el Instituto del Agua es que a mediados de octubre se revertiría la bajante y habría lluvias en la alta cuenca del Paraná y eso iría estabilizando el río. Si se mantienen esos pronósticos no tendríamos dificultad”.