Estornudos, secreción nasal, ojos rojos, prurito ocular, lagrimeo, trastornos en el sueño son algunos de los problemas que se presentan en esta época cuando aparece la alergia
Lejos de mejorar espontáneamente sin el tratamiento adecuado, año tras año los síntomas de la alergia empeoran. Y la mayoría recuerda el padecimiento una vez que lo vuelve a sufrir: estornudos, secreción nasal, ojos rojos, prurito ocular, lagrimeo, fotofobia, trastornos en el sueño y por ende, reducción del rendimiento y falta de concentración, entre otros.
Por eso, es importante remarcar que la alergia, en muchos casos, se puede prevenir y en otros, minimizar los efectos con medicación preventiva. Existe una medicación específica para quienes padecen alergia estacional y para los casos más severos, se pueden minimizar los efectos.
“Una alergia estacional debe ser evaluada y tratada por un especialista certificado en alergia. Sabiendo de antemano a qué polen son alérgicos se puede optar por la administración de medicación profiláctica desde unos 10 días antes del comienzo de la polinización. Y para los que tienen síntomas severos, está indudablemente demostrado que la mejor opción es la inmunoterapia con el polen que los afecta, ya que permitirá que en los años siguientes dejen de tener esos síntomas”, explica el doctor Jorge Máspero (MN 67.994), especialista en alergia e inmunología y director médico de la Fundación CIDEA (Centro de Investigación de Enfermedades Alérgicas y Respiratorias).
Y agrega: “Lo que le recomiendo a los pacientes es que cuando tengan una reacción alérgica no se auto-mediquen porque siempre debe ser el médico quien decida qué tipo de antihistamínico u otro tipo de fármaco es el adecuado para cada paciente evaluando la edad, el tipo y severidad de la enfermedad que padece, la eficacia y los potenciales riesgos del tratamiento”.
Con relación a los más chicos, Máspero sugiere que ante un cuadro leve, hay que consultar al pediatra. En caso de que el cuadro sea severo o prolongado en el tiempo, se debe discutir con el pediatra de cabecera la interconsulta con un especialista en alergia infantil. “Los padres que tuvieron o tienen alguna afección de este tipo suelen darse cuenta rápido. En cambio, si una mamá nunca tuvo alergia, puede suceder que su pequeño tenga síntomas que ella no puede interpretar, por eso es imprescindible la consulta médica precoz ante cualquier situación que genere dudas, porque el pediatra podrá ayudar a la mamá a darse cuenta si se trata de una alergia o no”.
La época primaveral empeora especialmente la rinitis y si ésta no es controlada puede contribuir al empeoramiento de los síntomas de asma. Los pacientes con ambas afecciones asociadas presentan durante esta época un mayor número de consultas ambulatorias, hospitalizaciones y consumo de medicación antiasmática que aquellos asmáticos sin rinitis, hecho observado tanto en adultos como en niños.
Una época en la que se incrementan las consultas
Durante la primavera, aumentan las consultas por alergias y los principales factores desencadenantes son la presencia de pólenes de árboles y una concentración elevada de polen de gramíneas (diferentes tipos de pasto). “El 70% de los pacientes tiene rinitis y conjuntivitis alérgica simultáneamente. Un 25% posee sólo rinitis y el 5% predominantemente síntomas oculares. No debemos olvidar que muchos asmáticos tienen rinitis alérgica simultanea y que ambas afecciones pueden empeorar si hay alergia al polen y exposición al mismo”, advierte el especialista.
“Los pólenes son dispersados por el viento. Si bien los pacientes suelen culpar de sus síntomas a los plátanos porque producen pelusas con espículas que irritan la vista y la nariz, no siempre son la causa de la alergia. De hecho, otros pólenes como las coníferas, el olmo, el arce y el fresno son causas tanto o más importantes de alergia que el polen de plátanos. No es raro tener alergia a distintos pólenes, por ejemplo, árboles y gramíneas (pastos) que polinizan en forma sucesiva aumentando la severidad y duración de los síntomas. Sin duda, la alergia a las gramíneas es la más prevalente pero la frecuencia y severidad de cada tipo de alergia al polen varían según las zonas geográficas del país”, detalla.
La alergia es una afección causada por mecanismos de hipersensibilidad. La hipersensibilidad es una reacción exagerada, fuera de lugar, que se produce cuando el organismo se encuentra con estímulos o agentes que, por otra parte, son inocuos como, por ejemplo, el polen. Las reacciones se manifiestan clínicamente de forma variada y diferente, no sólo de persona a persona sino también en las distintas etapas de la vida de una misma persona