El joven de Tandil vive en el vecino país, donde tendrá un programa. Además, estudió actuación en el DF y participó de la versión extranjera de “Educando a Nina” y de “El señor de los cielos”
“Me enamora la simpleza que tiene, la humildad, además de lo que se ve. Lo caradura que es, lo masculino que es”, contaba Ricardo Fort, un año antes de su partida, sobre Rodrigo Díaz, su último novio. El joven tandilense que hoy tiene 26 años, se hizo conocido en los medios argentinos por acompañar al chocolatero. Sin embargo, logró reinventarse, estudió actuación en México donde trabajó, y hoy es figura de una cadena boliviana.
El también cantante partió hacia el DF en el 2017 junto con su novia de ese entonces: “Me fui para probar otras cosas y para estudiar actuación. Mi pareja había vivido allá un tiempo, tenía algunos amigos y eso ayudó para que pudiéramos instalarnos”.
El 4 de noviembre de ese año tenía el número 500 (sobre 1200) para el casting para ingresar al Centro de Educación Artística (CEA) de Televisa. Llegó a las siete de la mañana a la extensa fila que daba vuelta la calle y recién pasadas la una del mediodía pudo entrar a la audición, que consistía en presentar fotos y contar sobre su vida y su experiencia en tele, que vaya si la tenía. A los pocos días lo invitaron a la siguiente fase en la que tuvo que realizar un monólogo que dedicó al día que en medio de un show en Misiones casi se cae del escenario.
Díaz y su novia estaban yendo a Acapulco a pasar Fin de Año cuando sonó el teléfono: “¡Me confirmaron que pasé! El 11 de enero empecé”. Lo que siguió fue un ritmo intenso de estudio y trabajo: “Iba al CEA de siete de la mañana a siete de la tarde de lunes a viernes, lo más difícil era aprender a hablar en neutro. A su vez te llaman para hacer trabajos mientras estudiás (pasantías). Paralelamente los fines de semana trabajaba como modelo”.
Si tuvo miedo, dijo: “Plata y miedo nunca tuve, fue una experiencia linda conocer un país, otra cultura, la gente muy respetuosa. Hubo que acostumbrarse primero a la comida, al movimiento, después ya tomaba subte sin problema”.
Sin embargo, en noviembre del 2018 y a poco de graduarse, Rodrigo tuvo que volver de urgencia a Tandil: “Me dijeron que a mi viejo le habían diagnosticado cáncer de colon, me tenía que ir porque no sabía si se moría o no”, contó el joven que además en ese momento se separó de su novia.
En Argentina se reencontró con su familia y acompañó a su padre en la recuperación. Hoy su papá está bien, aunque tiene que hacerse controles cada seis meses. A principio del 2019 estuvo un tiempo más en el DF donde hizo otros trabajos como actor. El balance de su paso por México es súper positivo para él: “Pude trabajar en la TV Azteca, una vez que te recibís se te abren puertas”. Entre otros programas, participó de Educando a Nina, de Piloto 2 y de la novena temporada de El Señor de los cielos, que se verá el año que viene.
Actualmente está trabajando para la emisora PAT de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia y quiere ser conductor. Al llegar al vecino país, se sorprendió al ver que mucha gente lo conocía por su noviazgo con Ricardo Fort: “Me piden fotos, lo quisieron mucho a él, era muy conocido acá y eso me sumó muchísimo”.
Sobre sus días en los medios acompañando al empresario fallecido en el 2013, dijo que no renegaba de eso ya que lo disfrutó, pero que lo que más le gustó fue haber compartido tiempo con él, a quien considera una persona muy importante en su vida.
Durante sus meses en México, Ricky estuvo siempre presente: “Él vivió allá, quiso hacer su carrera como cantante, entonces me vi reflejado y recordaba lo que me enseñó y que me puso en la vida. Me han contado historias allá sobre él”.
Por ahora, la música está a un costado: “Yo siempre hice cumbia y fue un sueño de Ricardo, que disfruté mucho y viví gracias a eso, tengo temas propios que me dieron mucho para hacer shows”.
En diciembre volverá a Tandil a ver a su gente y a La Plata a reencontrarse con amigos. Durante los primeros días del 2020 regresará a Bolivia. ¿Qué es lo que más extraña viviendo afuera? “A la familia. Me fui a los 17 de mi casa, viví en Miami con Ricardo, viajé mucho. Estuve lejos de mi familia, me perdí muchas cosas, cada vez que vuelvo a mis hermanos, que son chicos, los veo distintos”.