Ocurrió en Escocia. El síndrome Pandas es una reacción exagerada del sistema inmune a una infección bacteriana.
Una mujer escocesa estaba atemorizada por el comportamiento de su hijo de 10 años. Según los medios locales, Alison (44) y Neil (64) quedaron desconcertados ante los cambios de comportamientos del niño.
Todo comenzó en 2018 cuando Jack MacLaine comenzó a quejarse de un fuerte dolor de garganta, pero cuando los síntomas desaparecieron, sus padres se despreocuparon y siguieron adelante.
Días después, Jack se negó a ir a entrenamiento de fútbol porque estaba bajo un claro cuadro de ansiedad. El chico habló con sus padres y les dijo que “no merecía amigos” y que “se quitaría la ropa y se sentaría afuera hasta que se congelara”.
Los siguientes cuatro meses, el comportamiento del niño se volvió cada vez más errático incluso un día se llevó un cuchillo a la garganta y les dijo a sus padres que quería “ir al cielo”.
La situación preocupaba cada vez más a la familia al punto que llegaron a pensar que el pequeño estaba poseído.
También pensaron que podría haber estado en el espectro autista, pero antes de esto no había nada que sugiriera eso. Fue tan repentino que no tenía sentido.
“En un momento parecía aterrorizado, sus pupilas estaban realmente dilatadas y no estábamos seguros de si nos reconocía o si pensaba que éramos extraños”, explicó su madre a Daily Mail. Repetía frases sin sentido, chillidos o ladridos como un perro y se volvió sensible al ruido y los olores.
Finalmente, luego de una serie de estudios Jack fue diagnosticado con el síndrome Pandas, una reacción exagerada del sistema inmune a una infección bacteriana.
Resulta en anticuerpos que matan infecciones que atacan las células cerebrales, causando una variedad de cambios de comportamiento erráticos, como el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y tics.
Los niños con Pandas pueden sufrir una variedad síntomas que parecen estar asociados a la salud mental, los cuales se agravan a raíz de la infección por el grupo de bacterias estreptococos, una causa común es el dolor de garganta.
Este trastorno neuropsiquiátrico autoinmune pediátrico se identificó hace relativamente poco, en 1998. Se desconoce su prevalencia, pero la Red Pandas cree que podría afectar a uno de cada 200 niños.
Aunque es reconocido por la Organización Mundial de la Salud, solo un pequeño número de médicos ha oído hablar de la afección, lo que significa que muchos niños son diagnosticados erróneamente con otras afecciones, como el autismo, durante años.
“Todavía hay un largo camino por recorrer en términos de lograr que esta enfermedad sea reconocida adecuadamente. Jack se perdió dos años de su infancia, pero durante todo este tiempo ha sido muy fuerte y valiente. Lo que sea que la vida le depare ahora podrá manejarla”, dijo la mujer.