Lenín Moreno, presidente de Ecuador, derogó este domingo el polémico decreto 883, que incluía una importante alza a los precios de los combustibles entre otras medidas económicas. De esta manera, se suspenden de inmediato las protestas -especialmente indígenas- que virtualmente paralizaron a buena parte del país durante 10 días.
“Una solución para la paz y para el país: el Gobierno sustituirá el decreto 883 por uno nuevo que contenga mecanismos para focalizar los recursos en quienes más los necesitan”, anunció el mandatario ecuatoriano en los últimos minutos del domingo, a través de las redes sociales.
“¡Se recobra la paz y se detienen el golpe correísta y la impunidad!”, celebró Moreno, que apunta a Rafael Correa, ex presidente de Ecuador, y a Nicolás Maduro, líder de Venezuela, como los instigadores de la violencia que sufrió la capital.
La Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) también mostró su felicidad. “¡Victoria de la lucha popular!”, exclamó en su perfil de Twitter, en el que compartió el video de los festejos por la derogación del decreto.
Un rato antes, Jaime Vargas -titular de la Conaie- había confirmado que “se levanta la medida de hecho en cada uno de nuestros territorios”.
La decisión llegó después de la primera jornada de diálogo entre el Gobierno y los sectores indígenas, que el sábado aceptaron el encuentro luego de que las autoridades anunciaran la revisión de las medidas.
Ambas partes, junto a otros sectores sociales, conformarán una comisión para elaborar un nuevo decreto que permita equilibrar la economía estatal.
La reunión entre los máximos dirigentes indígenas y el mandatario junto a su equipo de colaboradores más cercanos, que contó con el apoyo del Sistema de las Naciones Unidas para Ecuador y de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, se llevó a cabo en un lugar mantenido en secreto.
El decreto, que contiene medidas respaldadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), entró en vigencia el 1 de octubre.
Sin embargo, la presión y las insistentes manifestaciones callejeras diarias en todo el país por parte de distintos sectores lograron echar abajo la decisión que, según el gobierno, buscaba estabilizar las finanzas fiscales y reducir sustancialmente un abultado déficit.
En medio de esas manifestaciones, algunos grupos vandalizaron y violentaron edificios gubernamentales y de medios.
Frente a las protestas, el gobierno decretó el estado de excepción el 3 de octubre para que las Fuerzas Armadas intentaran restablecer el orden.
El martes pasado, decenas de manifestantes intentaron ocupar la Asamblea Nacional y la Procuraduría. Ese mismo día, Lenín Moreno trasladó la sede del gobierno a Guayaquil.
Y este sábado, algunas personas atacaron las instalaciones de un canal de noticias y quemaron un móvil de televisión, en una jornada que incluyó el toque de queda en la capital. Además, prendieron fuego la Contraloría. “Lo hicieron para destruir las pruebas de la corrupción del gobierno anterior”, dijo el presidente en un mensaje difundido horas más tarde, el sábado a la noche.
En esa aparición pública, Moreno también confirmó que se revisaría el decreto 883 y adelantó que reconsideraría algunos de los puntos del proyecto de reforma económica y laboral elevado a la Asamblea Nacional.
Las manifestaciones contra el “paquetazo” dejan siete muertos, 1.340 heridos y 1.152 detenidos, según la Defensoría del Pueblo.