Existen temas que afectan a la mujer en distintas etapas de su vida, que generan incomodidad y en ocasiones, incluso, un cambio en su vida cotidiana. La llamada sequedad o atrofia vaginal
En diferentes períodos de su vida, la mujer puede padecer de sequedad vaginal, esto le puede ocasionar dolor, irritación de las mucosas y hasta lastimaduras que le impidan alcanzar relaciones sexuales placenteras. Uno de esos períodos es el tiempo de lactancia, otro es la menopausia, y en otros casos se da cuando a la mujer por cuestiones médicas se les debe inhibir los estrógenos.
“Durante el embarazo la producción de estrógenos en las mujeres aumenta considerablemente y después del parto descienden de manera brusca. Además, cuando comienza el período de lactancia, la liberación de oxitocina y de prolactina hace descender los estrógenos, y todo ello repercute en la lubricación de la vagina”, explica la Dra. Emilia Alcoba, especialista en uroginecología.
Esta falta de lubricación puede provocar ardor, escozor, irritación y dolor en las relaciones sexuales. Estos síntomas pueden deteriorar la calidad de vida de la mujer durante la lactancia y ocasionar problemas de pareja, ya que en muchos casos el dolor que se percibe es intenso y no le permite a la mujer disfrutar de la penetración, por lo que eligen no mantener relaciones sexuales.
Si bien la vagina técnicamente no se cierra, los músculos y/o los síntomas de la atrofia vaginal pueden jugar un papel en contra haciendo que sea casi imposible lograr una penetración placentera.
“Es importante tener en cuenta que no hay una edad específica para experimentar este tipo de problema, pero podemos confirmar que si la causa de estos dolores es la atrofia vaginal, y suele tratarse de mujeres con menopausia. En cambio, si la sequedad se presenta durante la lactancia, las pacientes consultan en edad fértil. Las consultas surgen a cualquier edad cuando el hecho de no poder tener una penetración placentera les ocasiona un estrés en la pareja o cuando buscan embarazo y no pueden tener coito”, sostiene la especialista.
La forma de identificar la causa de estas sensaciones dolorosas es a través de un diagnóstico médico adecuado, la paciente tiene que consultar con un especialista quien le recomendará un tratamiento específico según cada caso. Es importante confiar en el médico y saber que existen tratamientos que mejoran la calidad de vida y atenúan los síntomas.
“El tratamiento ideal para cada paciente siempre va a depender de la causa que lo origina: si la causa del dolor es la sequedad vaginal, se realizará el tratamiento correspondiente con aplicación de óvulos o lo más nuevo que son las sesiones láser”, sostiene Alcoba.
“El Láser de Erbio es aplicado con éxito en diversas especialidades médicas, y hoy forma parte de las terapias ginecológicas para ayudar a devolver el trofismo natural de la vagina estimulando la renovación del colágeno, beneficiando la estructura vaginal a través del aumento del espesor de la mucosa y mejorando la lubricación. El Láser, un tratamiento indoloro, rápido y de aplicación simple, que puede ayudar a las mujeres a vivir plenamente y sin situaciones incómodas”, explica la doctora Alcoba.
Tratamientos simples y cortos
Para los casos de incontinencia urinaria, el láser provoca la bioestimulación del canal vaginal a través de la difusión térmica no ablativa, logrando mayor producción de colágeno y termocontracción del piso pélvico.
Para pacientes con laxitud vaginal, el tratamiento mejora la pérdida de elasticidad y tensión en las paredes vaginales. Esta sensación incómoda que genera esta laxitud, es fácilmente tratable en tan solo 2 o 3 sesiones.
Por último, el láser de Erbio se aplica en mujeres que sufren de atrofia vaginal ayudándolas a devolver el trofismo natural de la vagina. El tratamiento estimula la renovación del colágeno, beneficia la estructura vaginal a través del aumento del espesor de la mucosa y mejora la lubricación.
De esta forma, aquellas mujeres que padecen de incontinencia urinaria, atrofia vaginal y laxitud vaginal pueden recibir tratamientos simples, cortos, sin cortes ni incisiones y con resultados reales desde la primera sesión.