La noticia impactó en la tarde de este miércoles. La tranquilidad de Paraná se vio sacudida por el dato.
Patronato informó, mediante un escueto y liviano comunicado, que el jugador Lucas Mancinelli quedaba licenciado ‘por problemas personales’. Pero el paso de las horas reveló un dato clave: el futbolista en cuestión tiene sobre sí una denuncia por violencia de género, con medidas perimetrales para proteger a la mujer agredida, según le confirmaron fuentes de la Justicia entrerriana.
La denuncia fue realizada por la víctima en la Unidad contra la Violencia de Género de los tribunales de la capital entrerriana. El jugador negó tener una denuncia judicial. “Estoy bien. Tengo problemas personales que ya pronto se solucionan y voy a volver a entrenar. No me paso nada. Gracias por preguntar”, informó el portal Doble Amarilla. Mancinelli adujo problemas personales, siguiendo la línea de relato institucional, que quedó hecha trizas con la confirmación de parte de la Justicia.
A su vez, la dirigencia del club intentó maquillar la situación. Muchos, no atendieron el llamado de este medio. Otros, respondieron con evasivas. Y un altísimo dirigente de Patronato sostuvo: “No me meto en la vida privada de los jugadores”. La respuesta, llama la atención, ya que una denuncia por violencia de género excede la vida privada de un deportista.
La situación que derivó en la denuncia de la pareja del jugador habría sido muy grave, motivo por el cual la Justicia decidió no dar a conocer mayores datos para proteger a la víctima. Los hechos que desencadenaron en la denuncia habrían ocurrido en la última semana del mes de septiembre y la denuncia se hizo en los últimos días.