Ayelén Cervin está desesperada: tiene una deuda de 300 mil pesos, no consigue trabajo y decidió ofrecer uno de sus riñones a cambio de dinero.
“Sé que la venta de órganos es ilegal y más de uno me va a juzgar por esta actitud, pero realmente no encuentro otra solución. Estoy desesperada”, manifestó la mujer oriunda de Fernández Oro, Río Negro.
La mujer contrajo la deuda luego de que se fundiera la panadería donde trabajaba junto a su marido. “Hubo que bajar la persiana porque ya adeudábamos un mes y medio de alquiler. Tuvimos que hacerlo porque la bola de nieve seguía creciendo”, expresó la mujer de 34 años.
Mientras busca trabajo, Ayelén y su esposo se la rebuscan con ventas de empanadas entre amigos y vecinos; y medialunas y churros con dulce de leche en Ruta Chica, la realidad es que el rédito económico que saca sólo le alcanza para cubrir el alquiler del departamento donde vive con su marido y sus dos hijos.
“Hoy no tengo otra opción que vender mi riñón porque con los churros y las medialunas es imposible llegar a pagar esa cantidad de dinero. Además, tengo dos garantes atrás mío y no quisiera que le toquen ni los recibos de sueldo”, expresó.
Cervin cuenta que la han llamado de todas partes, aunque todavía nadie se ha comunicado con ella para darle la noticia más esperada de un empleo. “Ayuda hay un montón, pero nada en concreto”, sostiene.